Sexo morboso con mis dos hermanos (I)
Fecha: 29/11/2024,
Categorías:
Gays
Autor: JosraGream, Fuente: CuentoRelatos
Tengo dos hermanos menores, ambos mellizos, tienen 25 años, blancos como la leche, estatura media y muy velludos (se parecen a mí en algunas cosas), nacieron fuera del matrimonio, siempre hemos tenido buena relación, han sido mis mejores amigos, y solemos vernos varias veces a la semana, pues vivimos cerca (mi padre fue tan sinvergüenza que se metió con la recepcionista del hotel en dónde trabajaba); mis padres y su matrimonio fracasado fueron el chisme del año.
Un sábado, mis hermanos llegaron temprano a mi casa, a las 6:45 am, más o menos, mi mamá había salido a trabajar muy temprano, yo tenía un sueño terrible, pero me tuve que levantar para recibir a mis hermanos que estaban ya en la puerta de la casa tocando como unos desesperados. Salí, los recibí, y lo primero que hicieron después de abrazarme fue irse a la habitación de huéspedes, ya que allí estaba una TV enorme, una computadora y una consola de videojuegos, (eran adictos a los juegos).
Mauro y Carlos (así se llaman), gracias a su prisa, olvidaron sus celulares en la mesa principal de la sala, yo los tomé de allí y me los llevé a mi cuarto, sabía que ellos no saldrían de la habitación de huéspedes en una o dos horas más o menos; al entrar en mi cuarto, me acosté, comencé a revisar mi celular y los de mis hermanos los coloqué a mi lado, pero, no aguanté la curiosidad y quise desbloquearlos para leer sus conversaciones.
El celular de Carlos estaba bloqueado, no pude acceder a su interior por ningún medio ...
... posible, pero el de Mauro (mi hermano más alegre y pícaro), estaba desbloqueado, y no sólo eso, al acceder a la pantalla, había dejado abierto un chat con Carlos, y según la hora de la conversación, fue a las 2:23 am.
En las conversaciones claramente se leía el anhelo de Mauro por tener sexo con mi otro hermano; Mauro, le decía que extrañaba el olor de sus testículos cuando llegaba a casa recién terminando de trotar, y que su vello púbico también lo volvía loco, y las respuestas de Carlos eran más secas, como inseguras, podía percibir que él no estaba tan entregado al pecado que estaban cometiendo, sin embargo, lo disfrutaba porque su pene siempre estaba en la boca de Mauro siendo lamido y devorado.
Seguí leyendo cada palabra de la conversación, estaba muy excitado, y a la vez nervioso y lleno de culpa, una culpa ajena porque yo no estaba pecando, aun así, saber que mis hermanos estaban teniendo sexo a escondidas, me hacía sentir muy culpable.
Ya a mitad de la conversación, todo se puso más intenso, más morboso, así que me levanté rápido de la cama, y cerré la puerta de mi cuarto con seguro para seguir leyendo tranquilo; me regresé a mi cama, tomé el celular de mi hermano con prisa y seguí leyendo.
Esto le decía mi hermano Mauro a mi hermano Carlos: "recuerdas cuando estabas de cumpleaños el año pasado, estábamos aburridos, y ya habíamos bebido unos cuantos tragos, me viste con cara de a quién le urge el sexo, y cuando vi esa expresión en tu cara, no dudé en invitarte ...