LA PANDILLA DEL GATO NEGRO
Fecha: 30/11/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Fetichismo
Gays
Autor: JuanaLoca, Fuente: SexoSinTabues30
…
¿Cómo nació esta asociación casi delictual entre chicos inimputables, pero emputecidos por el sexo lujurioso que se daban entre varoncitos?
Acá les relataré paso por paso cada una de las bellaquerías que se realizaban en los pasajes oscuros y lejanos rincones de los cerros y matorrales junto al río o entre los cerros de la comarca.
Puede ocurrir en cualquier poblado semi rural o en una ciudad pequeña en que un grupo de niños para quienes su despertar sexual es iniciado por algún adulto que les abre los ojos.
Prolegómenos
Este grupo eran gatitos que aún no abrían los ojos, perosu despertar fue forzado por uno de los curas que estaba encargado de catequizarlos en su preparación de un primera comunión.
-Nos reuníamos todas las tardes con el padre Rubén en el salón de la iglesia después de clases.
-Cada uno llevaba su texto en que se leían historias de santos.
-Se comentaba la historia y cada uno daba su opinión.
-Era más bien aburrido, pero nos motivaba jugar.
El juego que más nos gustaba era las escondidas.
El padre Rubén era el más entusiasta y siempre empezaba contando para salir después a buscarnos.
“¡10, 20, 30,40,50,60,70,80,90 y cien!¡San Perico, San Andrés, al que pillé, pillé!”
Esperábamos que el padre se alejara de la capilla y salíamos corriendo a librarnos:
“¡Un, dos, tres, por mí!”
Era lo que decíamos.
Así hasta que el padre pillaba uno que debía contar la próxima vez.
Ahora viene lo interesante del juego. Iba ...
... corriendo a esconderme y el cura me toma de un brazo y me lleva hasta un escondite entre los trastos viejos que nos ocultaban de las miradas de los demás. Me toma de los hombros y me hace agacharme. Quedé en cuclillas con la cabeza en mis rodillas y mi trasero apuntando hacia arriba.
-Hunde la cabeza. Yo te taparé para que no te vean
Sentí el peso de su cuerpo sobre mi espalda. De pronto sentí algo raro que me punzaba las nalgas. Debo confesar que mi trasero era paradito y dos nalgotas que me hacían ser el blanco de bromas y no pocos agarrones.
-¡Mijita! Me decían y me hundían el dedo medio en mi rajita, Al principio me molestaba, pero con el correr del tiempo ya no me molestaba sino que hasta me gustaba ser blanco de esas maniobras. Hasta echaba de menos que no lo hicieran, entonces me ponía deliberadamente a contonear las caderas con cierto disimulo y con bastante calentura acentuada con el primer agarroncito.
-¡Putita! Era la exclamación que me hacía subir la temperatura de mi ansioso culito.
Lo cierto es que ya la punzada en mi trasero no podía ser casual. De forma deliberada restregué mi culo en esa roca puntuda. La respuesta no se hizo esperar. El cura me bajó el pantalón y como andaba sin ropa interior, mis nalgas quedaron expuestas a la iniciativa del padre Rubén.
-Tenemos poco tiempo. Me dijo al oído haciendo que mis pelos de todas partes se erizaran.
No dije nada. Solo moví mi caderas acomodando la cola para lo que venía.
Sentí la cabeza del ...