1. Cómeme el coñito, Papi


    Fecha: 04/12/2024, Categorías: Incesto Autor: Marco, Fuente: TodoRelatos

    Continuación de “La excitación de mi hermanita”
    
    Como mi madre había ido a refrescarse, aproveché para escuchar a Dianita y me coloqué bien los auriculares, lo que oí a partir de ese momento me dejó alucinado.
    
    - Ayyy. ¡Por Dios! Qué susto me has dado, papá. Pensé que estabas dormido.
    
    - No, cariño. Acabo de despertarme. - respondió mi padre -
    
    - ¿Te he despertado yo? – dijo mi hermanita fingiendo estar apenada –
    
    - Bueno, he oído un ruido y…
    
    - Ya lo siento papi.
    
    - ¿No puedes dormir? Hija.
    
    - Me está costando un poquito.
    
    - Anda, intenta dormirte y yo te abrazo como cuando eras pequeña.
    
    - Ay, siiii. Cuando era pequeña lo hacías y lo echo mucho de menos. Recuerdo como me abrazabas y ponías la mano en mi pecho, estaba tan a gustito.
    
    - Si. Yo también me acuerdo, eras tan chiquitina.
    
    - Ven, déjame tu mano y ponla como entonces.
    
    Todo se quedó en silencio hasta que por fin oí de nuevo a mi hermana.
    
    - Ummm. Asíiii, papi. Me gusta que me acaricies. Pon la mano un poco más adentro.
    
    Oí suspirar a mi padre. ¿Qué estaría haciendo mi hermana?
    
    - Me han crecido las tetas en este tiempo. ¿Verdad? Papi. Jajaja.
    
    - Si, Dianita. Tienes unas tetas estupendas. Se parecen a las de tu madre.
    
    ¡Joder! El que hablaba de las tetas de mi hermana era mi padre. Subí el volumen rápidamente.
    
    - Pero ella las tiene más grandes. ¿No te parece?
    
    - Puede ser. – oí decir a mi padre – Pero no puedo comparar, las tuyas las acaricio así por encima, pero las suyas ...
    ... las he visto y tocado muchas veces.
    
    Joder con mi hermana, había conseguido que mi padre le tocara las tetas en la cama.
    
    - Espera que enciendo la luz. – respondió mi hermana al instante - ¿Ahora qué te parecen?
    
    ¿Estaba enseñándole las tetas a mi padre? No me cabía duda, la cabrona estaba empezando a jugar sus cartas para calentarle.
    
    - Uyyy. No sé, si no son como las de ella poco les falta.
    
    - Jo, papá. Pálpalas bien con tus manos y dime si son iguales.
    
    Dianita se las estaba poniendo en bandeja.
    
    - Joder, hija. Vaya tetazas tienes.
    
    - Jajaja. Sí, pero mamá tiene los pezones más grandes.
    
    - Sí, eso sí es posible.
    
    - Bueno. Pero cuando me los muerde mi chico… - puso vocecita de niña pícara - Crecen de cojones.
    
    - Shhh. No seas mal hablada, hija. Y qué haces tú dejando que te coma las tetas un chico. Que no me entere yo. ¡Eh!
    
    - Jajaja. Es verdad, papá. Si vieras como me las come.
    
    - Joder, Diana. No me cuentes esas cosas.
    
    - ¿No te lo crees?
    
    Oí a mi padre toser de forma nerviosa sin responder a mi hermana, la confidencia que le había hecho parecía no gustarle.
    
    - Ven, papi. Muérdelos un poquito y verás que duros se ponen.
    
    - Diana, por Dios.
    
    - Venga, papá, no seas bobo. Si es una tontería.
    
    Esperé a ver si se negaba pero en su lugar oí gemir a mi hermana.
    
    - Ummm. Ves. ¿Lo notas en la boca? A que ha crecido un montón.
    
    - Ufff. No sé, hija. Más grandes si están, de eso no cabe duda.
    
    - Sigue, por favor. Sigue un momento, a ver si se ...
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