Un San Valentín para tres
Fecha: 09/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Ella con otros, Fuente: TodoRelatos
A pesar de ser solo 2 noches y en Madrid, este era un viaje de trabajo diferente al resto. Coincidía con San Valentín y después de mucho años, con los hijos lo suficientemente mayores como para quedarse solos, su marido se lo había montado para estar esa noche con ella, en Madrid, también por trabajo.
El solo iría una noche, la del 14, saldrían a tomar un vino y cenar en algún restaurante, tal vez una copa después de cenar y luego al hotel.
Tenía muchas ganas, a pesar de que los días previos habían sido agotadores preparando la ponencia que daria en el congreso al que iba a Madrid, no era la situación más idónea para un viaje romántico, pero el glamour de la capital y compartir una noche con él eran todo un aliciente.
Llegó al hotel a las 20:30, cansada hasta decir basta a pesar de que en el AVE había dado unas buenas cabezadas. Deshizo la maleta, se desnudo y se metió en la ducha, el vaho empaño el espejo del baño, mientras su cuerpo recuperaba poco a poco el tono. Con el albornoz puesto se tumbó en la cama, abrió el ordenador y se puso a terminar un par de asuntos que tenía pendiente.
Al poco le llegó un mensaje a Telegram: “Llevo dos días soñando con él, y adjuntaba una foto de un hombre muy guapo con el torso al aire. Quedábamos, como antiguamente, para conocerle, los preparativos previos y el anonimato de Madrid le daban un morbo extra. Los nervios, los tuyos y los míos porque todo fuera bien, se iban haciendo patentes poco a poco. Y todo salió bien. No ...
... tardamos en congeniar, a pesar de que no el hablaba español, ni yo inglés. Era un macho macho, de esos que me sacan dos cabezas, fuerte y con unas manos inmensas que no podías quitarte de la cabeza. Tú traducías e interpretabas a tu manera. Un primer vino y ya habías sentido la cercanía de sus fornidas manos acariciando tu cintura. Mientras me acercaba a la barra a por un segundo vino, el acercamiento fue aún mayor. Sus manos rozaron tu mejilla buscando tu cuello. Tuviste que aguantarte para no lanzarte encima de él. En el segundo, aproveché para dejaros solos con la excusa de salir a fumar, desde la calle, a través de la cristalera vi ese primer, y apasionado beso. Fueron segundos, los suficientes para que soñases con que cómo hiciera todo igual que besaba, la noche sería inolvidables.
Al entrar no lo dudasteis ni un segundo, y sin saber que yo os había estado viendo, quisisteis hacerme una especie de declaración de intenciones, y os besasteis de nuevo.”
Leyendo el mensaje abrió con su mano derecha el albornoz del hotel buscando su sexo desnudo, no fue difícil encontrarlo, húmedo, muy húmedo. Puso su teléfono en modo cámara y se grabó mientras comenzaba a tocarse.
No grabo todo, solo el principio, lo justo para dejarle claro a su marido que le había gustado el mensaje. Tirando el teléfono sobre la cama y abriéndose el albornoz no dudo en continuar dándose placer mientras imaginaba el resto del sueño de su marido. Su mano jugaba con su clitoris, visiblemente alterado, ...