1. Un San Valentín para tres


    Fecha: 09/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Ella con otros, Fuente: TodoRelatos

    ... aunque ella lo sintió por dentro, al igual que sintió que llevaba un conjunto precioso y unas medias … se sintió un poco puta, le miro de reojo y “si yo te pillara” se sorprendió pensando. Sus miradas se cruzaron, sin darse ni cuenta se estaba mordiendo los labios. El la sonrió. Al poco le trajeron el café con leche que había pedido, y se levantó al buffet. El lo hizo detrás de ella, se acercó peligrosamente. Estaba provocándola. Y ella a él. Un leve tonteo con las pinzas del jamón ibérico y sintió su mano sobre ella. Se miraron. Notó que sus ojos se clavaban en ella. Casi estremeció. El resto del desayuno fue una tortura, y aunque todo transcurrió muy rápido, a ella le resultó eterno. Acabó y dedicándole una última sonrisa a modo de despedida, él un “hasta luego, buenos días”, recogió sus cosas y salió dejando su huella, todo lo estirada y marcando culo y cadera al andar para que él se deleitara. Serás zorra pensó al verse en el ascensor, ¡cómo te has pavoneado y qué cachonda te has puesto!
    
    Abrió la puerta de la habitación, se descanzó, iba a hacer un pis, lavarse los dientes y retocarse el maquillaje, con el tiempo justo para llevar al autobús que debía recogerla para llevarla al congreso, y acabó masturbándose frenéticamente de pie, en el baño viéndose en el espejo. Fue rápido, intenso y le supo a poco. Hubiera deseado que ese desconocido la penetrase allí mismo, sin mediar palabra. Miro el reloj. Se apresuró. Cuando salía del lobby del hotel el autobús se marchaba. ...
    ... Se sintió decepcionada y cabreada. Tendría que coger un taxi y no sabía muy bien que indicaciones darle al taxista para llegar al centro, donde se celebraba el congreso.
    
    “Acabas de perder el autobús del congreso, como yo” dijo una voz varonil que llegaba a ella por su espalda. Sin mirar se sintió aliviada, no era la única, sería algún compañero que le había reconocido. Se giró y ¡tierra trágame! era él.
    
    Dio un pequeño respingo.
    
    “Perdona ¿te he asustado?” Dijo él. “Debí imaginarme durante el desayuno que eras compañera, en el hotel casi todos lo son”
    
    “Si, bueno”, se sintió muy tonta y cohibida, ¡Por Dios, acababa de masturbarse pensando en él! “Soy Sara Martín de la delegación de Barcelona” y sin dudarlo ni un segundo le dio dos besos, que él no se esperaba. Al hacerlo volvió a sentir su olor, esta vez más de cerca y su cuerpo volvió a encenderse.
    
    “Jaime Peláez, de la delegación de Bilbao” dijo él, “¿Compartimos el taxi hasta el congreso?” Preguntó.
    
    “Bueno, si, claro”.
    
    Excesivamente caballeroso, delicioso le supo a ella, llamó al taxi y abrió la puerta para que entrase primero. Al sentase la falda se le recogió un poco, dejando a la vista buena parte de su pierna, muslo y encaje de las medias que le había regalado su marido, rápidamente se colocó y el cerró la puerta, yéndose hacia el otro lado.
    
    Cuando se montó a su lado, ella continuaba en una nube. No se acaba de creer la situación.
    
    “¿De Bilbao?” Le preguntó por decir algo.
    
    “Si, he estado mucho ...
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