1. Yo tengo algo que tu quieres probar, y tu tienes algo que yo quiero.


    Fecha: 11/12/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Gays Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... perdamos el tiempo, te parece.”
    
    Mis palabras resonaron en sus oídos, así que, sin decir ni esta boca es mía, soltó tanto el cepillo como la manguera, y de inmediato se desprendió de su mojada camiseta, así como de su pequeño y ajustado interior que más bien parecían unos pantis, quedando del todo desnudo, sobre la cubierta de su lancha.
    
    Al ver lo que él estaba haciendo, me terminé de quitar los pantalones, de inmediato sentí sus nalgas, pero en ese instante completamente desnudas, nuevamente contra mi verga.
    
    De inmediato le dije. “Así me gusta, ahora separa un poco las piernas, y trata de relajarte.” obedientemente hizo todo aquello que yo le indicaba, apoyándose contra el timón de su lancha, separó sus piernas y esperó.
    
    A los pocos segundos comencé a penetrar con mi verga su esfínter, poco a poco fui ejerciendo presión.
    
    A medida que lo fui penetrando, él comenzó a quejarse por el dolor que fue sintiendo.
    
    Pero aun, y así permaneció en silencio, como quien dice gritando para dentro, lentamente fue sintiendo, como mi miembro centímetro, a centímetro lo iba penetrando.
    
    Con mis manos, lo sujetaban por las caderas, pegando más, y más mi cuerpo al del.
    
    Hasta que todo su cuerpo, y el mío se puede decir que eran uno solo, por un rato permaneció sin moverse, hasta que comenzó por iniciativa propia, a mover sus paradas nalgas.
    
    Suavemente al principio, pero a medida que yo comencé a ir penetrándolo, él también comenzó a mover sus caderas.
    
    Mientras que yo, ...
    ... seguía metiendo y sacando casi toda mi verga de su cuerpo, los movimientos de sus caderas fueron más bruscos, y prolongados, con ello el placer que estaba comenzando a sentir, era algo prácticamente indescriptible.
    
    A medida que tanto él como yo, nos movíamos, de manera divina, yo le continúe hablando, diciéndole. “Tienes un culito divino, no sabes desde hace cuánto tiempo, que estoy antojado del”.
    
    No tan solo eran las cosas que le seguía diciendo, sino la manera en que se las decía, al tiempo que le agarraba las nalgas, el pecho, y su cabeza.
    
    Con toda mi calma, lo conduje bajo cubierta al camarote, donde ya los dos tirados sobre la cama, continuábamos intensamente nuestra relación.
    
    En cierto momento, saqué todo mi miembro de su cuerpo, mientras que él, se quedó recostado, observando mi miembro entre mis dedos, y aun bastante deseoso de que yo continuase metiéndoselo.
    
    Lo tomé por los tobillos, y al mismo tiempo que se las levantaba, hice que separase las piernas, tras lo cual no tan solo volví a sentir, como enterrar dentro de su cuerpo, mi pedazo de carne, sino que pudo ver con toda claridad como lo hacía.
    
    Para él fue algo casi delirante, fue cuando me dijo, que no tan solo sentir, sino que ver de manera tan clara, como toda mi verga le entraba por el culo, casi no podía creer que su apretado culito se tragase todo eso.
    
    Mientras él se deleitaba moviendo sus caderas, y restregándolas contra mi cuerpo, yo me dedicaba al mismo tiempo a seguir manoseando sus ...