Cecilia, Manuela y Malvina - Relatos Eróticos

Cecilia, Manuela y Malvina

Sentí un cosquilleo fuerte en el abdomen. Supe inmediatamente que tenía pocos segundos para decidir qué hacer. La mano de Malvina me recorría la espalda de forma muy suave.

En esos segundos mi cabeza recreó cómo llego hasta ahí.

Con recién cumplidos 42 años mi pareja de 20 años, Fabiana y yo tuvimos una charla que nos debíamos hacía bastante tiempo. Estábamos juntas solo por costumbre y a pesar de que el amor sería infinito ya no había más atracción. Nos separamos, no fue nada fácil, finalmente todo el amor que nos juramos solo fueron palabras que se llevó el viento. Tras varios meses , finalmente cuando estuve instalada en otro departamento comencé a rearmar mi vida cotidiana. Me anote en el gimnasio más cercano y volví a ver a mi grupo de amigos (los que se quedaron conmigo,claro).

En una de clase de yoga, la profesora pidió hacer parejas para hacer unos ejercicios, fue así como conocí a Majo. Era una jovencita de 22 años. Inmediatamente supe que le gustaban las chicas también. Nos reímos mucho haciendo los ejercicios así que tuvimos que dejar la clase, nos quedamos hablando en la puerta hasta que me dijo si íbamos a tomar algo. Sentadas, tomando un batido supe su nombre, Manuela, me enteré de su edad y que vivía con sus padres, que estudiaba cine y que su familia tomaba con total normalidad que le gustasen las chicas. Me contó que había tenido dos novios en el secundario y que no descartaba por completo la posibilidad pero que de momento solo la atraían las ...

... mujeres, fue ahí cuando me dijo que yo le atraía mucho. Me reí y le agradecí. No podía pensar en tener nada y menos con alguien de esa edad. Seguimos hablando le conté sobre mi, de mi trabajo, de mi extensa historia con Fabiana.

- Te voy a pasar mi celular Ceci! Te voy a escribir.

Estuvimos un poquito más y nos despedimos.

En la noche Manu me envió un par de fotos un poco hot de ellas . Me escribía diciéndome que quería estar conmigo y que se tocaba pensándome . Estuvimos hablando y jugueteando unos días.

Finalmente cedí y nos vimos. Ella era un fuego, llena de energía y yo me sentía muy bien estando con ella. Era como rejuvenecer un poco. Nuestros cuerpos se buscaban y se gustaban. Fue así como empezamos a vernos más seguido.

El día que empezó esto fue una tarde de sábado que Manu me dijo que iríamos a la casa de una de sus amigas. Me dijo que me encontraba allí y me pasó la ubicación.

No conocía a nadie de su mundo . Sabía que no era un misterio pero aún no conocían mi cara. Me probé todo el guardarropa, finalmente me decidí por unos shorts de jean, un top y unas botas, tome una botella de mezcal y salí para allí.

Me abrió la puerta ella, me beso profundamente. Estaban dos amigas más con sus parejas, una era mujer y la otra un hombre. La chica tenía unos años más, cerca de unos 28, Romina, el chico, Ignacio tenía 34 años. Sus amigas eran Malvina y Nadia .

Nos pusimos a hablar y a tomar amablemente de la vida. Las amigas de Manu se habían conocido en el ...