1. Miguelito, el Pequeño Demente: Locuras Lechosas desde los 6 Años / 3


    Fecha: 19/01/2025, Categorías: Fetichismo Gays Sexo con Maduras Autor: Maximiliano20, Fuente: SexoSinTabues30

    ... sus testículos, presionándolos con la yema de mis dedos. Alejandro, sumido en el placer, retorció los ojos y me sonrió nervioso, indicándome que ya no era una molestia, sino un cómplice en esta travesura prohibida. ¡La complicidad se sellaba con el placer compartido!
    
    Viendo que la mayoría de los pasajeros estaban en calma, Alejandro se soltó aún más. Desabrochó su pantalón, bajó la cremallera y liberó por completo su verga. Al bajar sus boxer rojos, reveló una verga morena con un glande rosado y vello varonil. El olor fuerte y a sudor activó una señal automática en mí. La luz que entraba por la ventana del camión resaltaba el excitante color de su miembro. Mi mano continuaba su travesura, subiendo y bajando, mientras el líquido preseminal seguía fluyendo hasta humedecer los testículos. ¡La travesura alcanzaba nuevas alturas de deseo!
    
    ¡La travesura alcanzaba niveles épicos de placer y culpabilidad! El olor impregnante de su verga y huevos sudados saturaba el ambiente. Alejandro, entre gestos de culpa y placer, experimentaba sensaciones contradictorias. Mientras mi mano hacía su trabajo, me aventuré con la otra, masajeando sus testículos empapados de líquido preseminal. La mano que lo masturbaba se infiltró bajo su camisa, llegando al pezón derecho. Recordando las preferencias de Max, comencé a mover lentamente sus pezones, humedeciéndolos con su propio presemen. Alejandro, en un torbellino de placer, se ruborizó y emitía gemidos en tono bajo, luchando por concentrarse ...
    ... en medio de la excitación y la culpa.
    
    ¡La travesura alcanzaba su clímax! Mi mano derecha trabajaba sin descanso, masajeando sus testículos y masturbándolo. Los dedos rozaban su pezón, intensificando la experiencia. Aceleré el ritmo de la masturbación hasta que, llegando al límite, aparté mi mano para que mi boca quien estaba ansiosa de volver a probar un pedazo de carne continuara la labor que había comenzado. Alejandro me miró con mucho deseo y me dijo al oído “No mames que rico, como sabes todo esto?
    
    Su pregunta quedó sin respuesta mientras me sumergía en el placer de su verga en mi boca. El olor y el sabor impregnaban cada parte de mí. La chupada generaba un ruido erótico, pero Alejandro tomando el control, detuvo mi movimiento y comenzó a moverme lentamente al ritmo de su deseo.
    
    Yo acariciaba su muslo derecho velludo mientras mi mano frotaba ese pezón tan suave bajo su playera y mi boca hacia su trabajo, el elevaba y bajaba las caderas para follar discretamente mi boca, la cual babeaba mucho y el excedente de saliva se depositaba en sus testículos que a su ves empapaban el boxer. Sentía cada vez su verga más grande, sus testículos se contrajeron y empezaron a subir y su verga se tenso, sentía como venía aquella leche caliente y espesa sin embargo un golpe abrupto me interrumpió.
    
    Alejando me levanto rápidamente y con su brazo derecho me quito la mano de su pezón, acariciando violentamente su abdomen velludo, su cara se puso pálida, con la otra mano sostuvo mi ...
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