Don Pablo
Fecha: 24/01/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Soynovato, Fuente: TodoRelatos
Doña Inés estaba orgullosa de su esposo.
Y cuando se mudaron al nuevo piso, creyó que presumir de esposo le abriría muchas puertas.
Pablo es un recién prejubilado de banca, con 52 años. Calvito, con gafas, pero musculado, muy bien mantenido. Si no fuera por la calva y las gafas, pasaría por alguien de 35-40 años. En su momento tenía un cargo alto-medio en la entidad y se ganaba bien la vida. Al prejubilarse, pues mejor incluso. Siempre se le ve con su traje, de punta en blanco, o con su mono azul, cuando tiene que hacer alguna chapucilla.
Pero es que aparte, Pablo sabe de informática, de electricidad, de electrónica, de sonido, de fontanería, de mecánica…y encima ayuda a su esposa en las tareas del hogar. Sale a la compra, lava los platos, friega los suelos.
Pablo acude diariamente a su gimnasio de toda la vida, que ahora le caía a 20 kms de su nueva casa.
Mientras, doña Inés acude a yoga, a pilates, a costura, a natación y a defensa personal. No falta su peluquería semanal, ni sus uñas, ni su cutis bien cuidado.
Doña Inés se cuidaba. Pero a quien tenía descuidado era a su esposo.
El sexo le era negado a menudo. Inés iba con poco. Ella con un polvito cada 10 días, ya iba servida.
Pablo es un hombre vigoroso, con una energía desbordante, la fuerza de un toro y un miembro de tamaño considerable.
En la primera reunión de la comunidad, Inés ofreció a Pablo para arreglar cositas de jardinería, cambiar cerraduras, pintar alguna pared. Cositas de un ...
... edificio nuevo.
Los vecinos empezaron a requerir a Pablo. Pero con Pablo, solía venir Inés, que no se cansaba de ensalzar las virtudes de su esposo. No paraba de hablar.
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La primera en darse cuenta del diamante en bruto que era Pablo, fue Cristina. La chica del 1°-A que estaba de alquiler.
Cristina es miope como un topo, pelirroja, con un pelo rebelde y con pecas hasta en el coño, del grupito de las feas del insti, con poca suerte en el amor. Su amado Jaime la dejó hace 6 meses por otra, más joven y más guapa…y ella tuvo que buscarse piso de alquiler.
La muchacha no se fiaba de su casero y decidió cambiar el bombín de la puerta. Pero se puso ella misma a la tarea.
Pasó Pablo por casualidad y la ayudó. Ella se lo quiso agradecer con una cerveza, o un café. Lo convenció y entraron en la casa a tomarse ese cafelito.
Frente a la mesa de la cocina, intercambiaron una sana conversación.
Mercedes tenía 24 años, estudios de ADE y vivió un par de años con Jaime, un aparejador con ínfulas de gran arquitecto, que terminó poniéndole los cuernos con la hija de otro arquitecto, pero de fama mundial.
Pablo estaba un poco hasta la polla de Inés. Pero si Pablo tenía dinero, los padres de Inés tenían 10 veces más. Y no era plan.
-Pero a ver, Pablo. Tu mujer dice que eres el mejor marido. En vertical y en horizontal.
-Mentira también. Guardo mi compostura por ella, voy siempre en traje por ella y follo casi nada, también por ella.
Nuestro hijos son abogados ...