Mientras me daba un masaje comencé a sentir esa cosa dura, y caliente, penetrándome por el culo.
Fecha: 26/01/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
Mientras me daba un masaje comencé a sentir esa cosa dura, y caliente, penetrándome por el culo.
Recientemente compré un nuevo apartamento, y contraté a un desempleado para que le diera una mano de pintura, mientras que yo realizaba otras gestiones, cuando regresé a mi apartamento se encontraba casi listo.
Me cambié de ropa, poniéndome unos pantalones que realmente me quedaban algo pequeños, pero sin darle mucha importancia, y me puse a limpiar, pero sería por la falta de costumbre, que sentí un ligero dolor en la espalda, a tal grado que me paralizó por unos instantes.
El tipo que había contratado para que lo pintara, se dio cuenta de ello, y me recomendó que me acostase en el suelo, mientras él terminaba de arreglar todo, a la hora de irle a pagar.
Me di cuenta, por el reflejo del espejo que él me miraba de manera insistente mis nalgas, quizás fuera por el pequeño pantalón corto que yo usaba en esos momentos, de inmediato se me ocurrió llevarlo a mi cama.
Ya inmediatamente después de pagarle, me volví a quejar de un falso dolor de espalda en esos momentos.
Hasta le pedí que me ayudase a caminar, hasta mi cama, sentí sus gruesas manos que me rodeaban por la cintura, y buscando apoyo en su cuerpo me ayudó a llegar hasta mi cama.
Su olor a hombre sudado después de haber estado trabajando casi todo el día, me embriagó por unos instantes y me motivó a seguir adelante con mi plan, antes de marcharse, me preguntó si podía hacer algo por mí.
De inmediato ...
... le pregunté sí sabía dar masajes, a lo que de manera honrada me respondió que no.
Yo actuando como quien busca alivio a su dolor, le dije. “Realmente no es nada difícil, solamente debes seguir mis instrucciones y te aseguro que te lo agradeceré de corazón, es que este dolor es a consecuencia de una vieja lesión que recibí hace años.”
Tras decirle eso, accedió a ayudarme para que se me calmase el dolor, lo primero que hice mientras le daba la espalda, fue quitarme toda la ropa, luego tomé una muy pequeña toalla, y me la coloqué alrededor de mi cintura.
Tras lo cual me acosté boca abajo en mi cama. Le indiqué que en mi gaveta de noche había un frasco con un aceite, que según era lo mejor para ese tipo de masajes.
A todas estas podía ver en el espejo de mi habitación la cara que ponía a medida que yo le hablaba.
Él tomó asiento a mi lado, y tras embadurnarse las manos con el aceite, comenzó a aplicarlo en la parte baja de mi espalda.
Al principio de manera bastante tímida, pude sentir sus gruesas manos, pero poco a poco como que fue tomando mayor confianza.
Seguimos charlando, y de cuando en cuando yo tocaba el tema del sexo, Lo que en él era evidente causaba cierto efecto, lo sé, por la manera en que me pasaba con mayor fuerza sus manos, por sobre la parte baja de mi espalda.
En cierto momento le indiqué que era necesario, el que me diera un buen masaje en la parte superior de mis muslos, ya saben por lo lastimada que yo tenía mi ciática.
En esos ...