1. Mi primera vez


    Fecha: 29/01/2025, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... vaya tontería, que como iba a ponerlo nervioso si era mayor que yo, entonces me dijo que era la chica más guapa que conocía y que le gustaba mucho. Seguramente me puse de todos los colores, puesto que nunca me habían hablado tan directo (sólo algún piropo por la calle o en el insti, pero poco más), me quedé muy callada y me dijo que ahora era yo la que no hablaba y le dije que me había dado cuenta como me miraba y que le crecía un bulto en el pantalón, que si era como lo que le crecía a los caballos. Si os digo la verdad, no se si fue mi inexperiencia con los chicos, o la excitación que sentía en ese momento, pero fue lo que le dije y el me respondió que sí, que si nunca había visto una de persona a lo que respondí que no y como éramos de los últimos en bajar, el bus iba casi vacío y nosotros en la parte de atrás, ni corto ni perezoso se bajo la cremallera y salió disparada. Ni que decir tiene que no era como la del caballo, jiji, pero para ser la primera que veía así de cerca, no estaba nada mal. Me dio tanta vergüenza que no sabia si apartar la mirada o seguir mirando y más cuando empezó a tocársela. Menos mal que llegamos a mi parada, porque me quedé que no sabia que hacer y como todos los días, me la restregó por mi trasero, pero esta vez sin nada delante.
    
    Os podéis imaginar con la excitación que llegué a casa, y más cuando fui a los animales, era tanta mi excitación que solo me fijaba a ver como la tenían estos para comparar con la de mi vecino de asiento.
    
    Esa ...
    ... noche, cuando cerraba los ojos, sólo veía la polla del chico y me venían recuerdos de los animales haciéndolo, así que podéis imaginar con la desesperación que me toqué, que hasta creo que tuve mi primer pequeño orgasmo.
    
    Menos mal que era fin de semana y no vi al chico hasta el lunes, porque estaba muerta de vergüenza por mi reacción de no decirle que la quitara, sino quedarme cuajada.
    
    El lunes para bajar, solo me saludó no nos atrevimos a decirnos nada, ya que se iba subiendo mas gente, y no estábamos solos como cuando íbamos para casa. Pero al regreso me preguntó que si era como la del caballo y no sé porqué le dije que no me acordaba (en mi interior la recordaba perfectamente, pero pensé que así quizás podría verla de nuevo) y ni corto ni perezoso, se la volvió a sacar y cogiendo mi mano, la posó sobre ella, mi primera reacción fue quitarla corriendo, pero insistió diciéndome que no mordía así que se la toqué un poco y la verdad, me resultó agradable tocarla, mientras él me cogió un pecho y me lo apretaba como si fuera a ordeñarme. Fueron unos instantes muy intensos y cortos porque de nuevo, llegué a mi parada y me tuve que bajar, y os aseguro que no me apetecía para nada bajarme.
    
    Esa noche me acosté muy pronto (incluso pensaron que estaba enferma) porque lo que quería era estar a solas para recordar todo lo del bus y tocarme, estaba más excitada que nunca, tanto es así que al rato estaba chorreando y con los pezones que iban a salirse del camisón. Tuve mi segundo ...