Las obsesiones inconfesables de mi hijo (FINAL)
Fecha: 02/02/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: fran, Fuente: TodoRelatos
... preservativo.
No di respuesta ninguna, como si una fuerza me impulsara me incliné y me introduje la polla de mi hijo en la boca lamiéndola con intensidad, estaba muy caliente y palpitando, en pocos segundos un chorro de leche invadió mi boca mientras mi hijo se arqueaba hacía atrás con un grito intenso de placer.
Ambos nos quedamos exhaustos, mirándonos como si realmente nos hubiéramos desprendido de un peso que a lo largo de los años se había ido acumulando sobre nosotros. ¿Realmente era lo que necesitábamos mi hijo y yo para encauzar nuestras vidas? No es lo que normalmente suele y debe pasar en una relación familiar, pero ocurrió.
Mientras la doctora volvía a su escritorio, Luís y yo nos vestimos en silencio reflexionando sobre lo que había sucedido, me sentía en contradicción conmigo misma por lo que había hecho y a la vez tremendamente satisfecha, en toda mi vida de casada había sentido algo igual y a la vez pensé en el beneficio que podía acarrear a mi hijo después de que soltara el lastre que le impedía tener una relación con chicas de su edad.
La doctora nos emplazó a una nueva consulta 6 meses después para comprobar si la terapia había funcionado. Al salir de la consulta y llegar a la salida nos cruzamos con mi amiga Sofía y su hijo Carlos, ni que decir tiene que nos quedamos estupefactos al vernos, todos sabíamos dentro de nosotros el motivo y consecuencias de ...
... la terapia.
Pasó el tiempo y la conexión de confidencialidad entre mi hijo y yo aumentó, cada problema que tenía era la primera en saberlo, ni que decir tiene que nos convertimos en amantes y dábamos rienda suelta a nuestros deseos, siempre intentando que mi marido y por supuesto padre no se diera cuenta de lo que pasaba, aprovechábamos sus ausencias para follar desinhibidos sin mochilas que nos pesaran, pero mi hijo dejó de masturbarse a escondidas, de buscar mi ropa interior, terminó por conocer a una chica estupenda de la que se enamoró y nuestras relaciones se fueron haciendo más esporádicas, se le notaba feliz y para mí era lo más importante.
Un día llegó a casa eufórico, había ido a pasar un fin de semana de escapada con Sandra, que así se llamaba la novia que se había echado y al entrar me abrazó y me dijo:
- Gracias mamá, te quiero.
Al cumplir los 6 meses, llamé para pedir cita a la doctora Raquel Sánchez, el teléfono comunicaba. Decidí personalmente ir a la clínica para pedir la cita y mi sorpresa fue mayúscula al comprobar que estaba cerrada. Terminé enterándome a través de mi amiga Sofía de que había sido clausurada tras una denuncia por el tipo de prácticas terapéuticas que llevaban a cabo.
No sé si realmente eran las adecuadas para curar este tipo de obsesiones sexuales pero puedo decir que en lo referente a mi hijo y a mí funcionó a la perfección.
FIN