Un sacerdote me hizo puta (Tercera parte) - Relatos Eróticos

Un sacerdote me hizo puta (Tercera parte)

... retiro; siguiente habitación; igual, alfombra cama matrimonial closet y los mismos muebles de madera; dejó el florero y me retiro… así varias hasta llegar a una distinta; hasta en esto hay jerarquías; misma alfombra, cama igual matrimonial pero esta habitación es mucho más grande; tiene un lindo escritorio de madera; cuadros religiosos con marcos barrocos dorados; veo algún cristo grande en la pared; un reclinatorio para orar; tiene una especie de cojín de terciopelo rojo, arriba de el, un gran cuadro… No pude evitar husmear; revisar rápido que hay en el escritorio.. un rosario, algunos libros y una libreta con notas; letra preciosa, de esas que sientes que ya nadie tiene.

Hurgando un poco escucho una voz - encontraste lo que buscabas- era el padre David, me espanté, brinque, grite un poco y vio mi miedo… -creo que no has hecho bien, ¿no crees?- , -lo siento sólo traje estas flores y no sabía donde ponerlas- camina hacia mí lentamente; mi corazón palpita rápido; doy un paso para atrás y mis nalgas topan con el escritorio -a las putitas como tu se les castiga- se regresa y cierra la puerta con seguro; esto ya me empezo a prender, sentí como me mojaba de inmediato; lo miré y alce la ceja; el caminó hacia el escritorio; lo rodeó; lentamente se quitó el alzacuello, abre un cajón y saca una caja, de madera, saca una cuerda suave y larga; camina hacia mi; y le entregó extiendo los brazos entregando mis muñecas; con su mano derecha agarra mi boca, pellizca mis labios y me dice - ...

... así no putita- me regresa los brazos; me agarra del cabello y me lleva hacia el reclinatorio, me pone de espaldas a él; toma mis hombros y deslizó sus manos sobre ellos, quitándome el vestido; una vez que cae el vestido al piso, lo patea a un lado, desliza sus dedos sintiendo mi lencería, siente los pezones parados, continua bajando su dedo y llega a mi tanga; antes de tocarla se detiene; agarra mis manos y las ata hacia adelante amarradas al mueble;me pone culo al aire y de cuclillas en el cojín rojo de terciopelo; ya no lo veo, el está en mi espalda; camina hacia el escritorio; puedo oir cada paso que da; abre nuevamente su cofre de madera y saca algo pero no se que es; escucho que camina hacia mi; siento como con una barita separa mis muslos abriendo mis piernas; lo desliza hacia mis labios, y da un golpecito, es un látigo; otra vez baja la bara suavemente por mis muslos; vuelve a subir y al llegar a mi coño nuevamente palmea con la cabeza del látigo golpeando suavemente mi coño mojado.

Escucho que desabrocha su cinturón y abrió su cremallera; con una mano recorre mi espalda desnuda, mi culo suave y recorre mi tanga, con sus dos dedos siente la abertura de la tanga en la parte de los labios y me dice - que rica, te castigaré por ser tan puta-

Empezó el a jalarsela, apoyó su verga entre mis nalgas, se masturbaba entre mis labios y mis nalgas sin metérmela, sólo sentía como me frotaba su deliciosa verga húmeda, tocaba mi ano y metía sus dedos en la vagina; se frotaba ...