Me hacen la paja en la oficina
Fecha: 13/02/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: frankafka1980, Fuente: CuentoRelatos
... pícara- solo un beso tuyo y me haces parar la verga.
-Si, ya me di cuenta –me responde, observando el bulto en mi sudadera.
De pie frente al lavaplatos aprovechábamos cada para besarnos, meter mi mano en su pantalón, y sentir la suave piel de sus nalgas, la piel de su culo era tersa y suave al tacto, lo que me ponía más excitado.
Todo eso y la adrenalina de ser descubiertos le daba más morbo a la situación, ya que era el único lugar dentro de la sucursal donde podíamos tocarnos, acariciarnos -por norma, en la cocina no podían tener cámaras de seguridad- después de comer y juguetear un poco en la cocina seguimos con nuestra labor.
Yo no dejaba de mirar su culo cada vez que podía, aún seguía muy arrecho por lo que pasó en la cocina.
A eso de la una de la madrugada terminamos todo y nos dispusimos a dormir, nosotros escogimos la oficina del jefe de la sucursal para descansar allí, mientras el resto del personal se repartió entre la cocina y la sala de ventas.
La oficina era chica, solo había una silla de escritorio, ingresé otra para mí, le dejé la más cómoda a Martina, nos hicimos uno al lado del otro para apoyar nuestras cabezas sobre el escritorio.
Para nuestra mala suerte había dos cámaras de seguridad en la oficina, nos cubrimos con una sola manta para los dos, apagamos las luces y nos dispusimos a dormir.
Conversábamos un poco mientras tratábamos de conciliar el sueño, la luz estaba apagada y me di cuenta que bajo la manta no podían ver las ...
... cámaras, debajo nuestras manos y cuerpos estaban ocultos.
Mi mano empezó a buscar bajo su camiseta, hasta llegar hasta mi objetivo, empecé a acariciar la piel de su abdomen, era suave y calentita, pero quería más.
Alcancé la copa de su sostén, sentía sus pezones duros sobre la tela del brasier, metí mi mano por debajo de él hasta sacar una de sus tetas al aire, Martina con un movimiento rápido me ayudó y subió su brasier completamente.
Sus tetas quedaron a merced de mi mano -todo esto pasaba oculto bajo la mirada de las cámaras- fingiendo dormir, mi mano acariciaba ávidamente sus tetas, apretaba sus pezones entre mis dedos, estaban tan duros como diamante.
Pasaba de una teta a la otra, acariciándolas, apretándolas, sintiendo los suave que se sentían, estaba extasiado en eso, cuando siento la mano de Martina sobre el bulto de mi sudadera.
Eso me sorprendió, no me los esperaba -sentía como su mano sobajeaba mi verga parada bajo mi pantalón- noto que su mano intenta soltar el cordón de mi cintura, pero lo había apretado bien. Así que yo mismo lo solté.
Su mano entró dentro de mi bóxer, hasta sentir como su mano envolvía toda mi verga, me la apretaba y con movimientos rítmicos empezó a hacerme una paja muy rica bajo el escritorio.
Aun fingíamos dormir, las cámaras sobre nuestras cabezas no sospechaban que ocultos bajo la manta Martina me hacía la más deliciosa de las pajas. Yo no dejaba de agarrar sus tetas con mi mano.
Disimuladamente me baje hasta mis nalgas la ...