1. Intriga Lasciva - El Instituto [29]


    Fecha: 15/02/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos

    ... su esposa.
    
    Así fue como Lisandro comenzó a frecuentar ciertos lugares donde se podía contratar a prostitutas de primera clase. Muchos de estos sitios se los recomendó la misma Agustina, incluso ella llegó a programar varias de las citas. Sabía cuáles eran los gustos de su marido en cuanto a mujeres. Le gustaban las morochas, en especial las de ojos claros… como ella.
    
    Una noche Lisandro se encontraba de viaje de negocios en el sur del país y, de forma muy discreta, recibió una visita en su habitación de hotel. Era una chica preciosa, de unos veinticinco años, con unos ojos verdes espectaculares. Le recordaba a su propia esposa veinte años atrás.
    
    La previa empezó en las mismas condiciones que siempre: le preguntó su nombre, y le dijo “Ámbar”. Sabía que era falso, esta clase de mujeres siempre usan seudónimos, no le importó. Luego le invitó una copa (Ámbar eligió champagne para tomar), él también se sirvió una y dio el primer sorbo al mismo tiempo que se abría la bragueta. La chica apuró su copa y empezó a chupársela. “Por lo visto, hoy voy a comer muy bien”, le dijo. A Lisandro le divertía recibir halagos por su pene. No era gigante; pero sí de buen tamaño… y bien proporcionado. Absolutamente capaz de brindar placer.
    
    Unos minutos más tarde, cuando Lisandro ya la tuvo bien dura, pasaron a la cama… y allí fue cuando se llevó la sorpresa de su vida. Al desnudar a la chica descubrió que entre sus piernas había… ¿un pene?
    
    —Pero… ¿cómo puede ser esto? —Preguntó, ...
    ... confundido.
    
    —¿Qué pasa, papi? ¿Esto no es lo que pediste?
    
    —No, en absoluto. Pedí una chica… completa. ¿Cómo pudo ocurrir este error?
    
    —Mmm… a ver… no es la primera vez que me pasa esto. ¿Te mostraron un catálogo?
    
    —Sí…
    
    —Y vos no te diste cuenta que en la parte de arriba decía She-male. Suele ocurrir. Creo que deberían cerciorarse de que la persona sabe lo que está pidiendo. Pero por esa política de no hacer preguntas… nadie dice nada. ¿Y qué va a pasar, papi? ¿Esto es un problema?
    
    Lisandro miró fijamente la verga de Ámbar. Aún no podía creer que de esa cintura perfectamente femenina saliera un pene de ese tamaño. Si además era tan grande como el suyo. Realmente era como estar frente a una mujer… pero con verga. Estuvo a punto de pedirle que se retire, cuando Ámbar dijo las palabras mágicas:
    
    —Mirá que entrego la cola. Garantizado.
    
    Nada excitaba más a Lisandro que el sexo anal, en especial porque su mujer se lo tenía estrictamente prohibido. “A mí nadie me va a meter nada por el culo”, solía decir ella. “Si querés que una arrastrada te entregue el orto, que sea una de tus putas, conmigo no cuentes”. Y no todas las prostitutas estaban dispuestas al sexo anal. Además… el culo de Ámbar era… simplemente exquisito.
    
    —Entonces no va a ser un problema —dijo Lisandro.
    
    —Ay, perfecto… porque me muero de ganas de probar esta pija por la cola.
    
    El inicio del sexo trajo un extraño deja vu a Lisandro. Al tener a Ámbar en cuatro patas delante de él, ofreciéndole su ...
«12...91011...14»