Le devuelvo el trío a mi esposo
Fecha: 09/03/2025,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Cuenta Relatos, Fuente: TodoRelatos
... de los voyeur, viendo a su antojo escenas sexuales en vivo...
Colocada en la posición de perrito, mi amante acariciaba mis nalgas, luego me las abrió y sentí su verga empujando y enterrándose en mi ano... Pensé que era un aprovechado por servirse en grande, pero la verdad es que me encanta el sexo anal, así que colaboré gustosa; además iba enterrando su pene de una manera tan sabrosa que era inevitable no lanzar chillidos de placer.
Luego, sin contemplaciones comenzó un mete y saca salvaje. Los dos gemíamos y gritábamos; también se oía fuerte el choque de nuestros cuerpos cuando se encontraban su pelvis y mis nalgas...
-¡Qué rico lo tienes puta!
-¿Te gusta?
-¡Sí mami, lo tienes riquísimo, tu esposo debe estar orgulloso de él que hasta lo presta! –dijo mi amante haciendo por primera vez alusión a mi esposo que seguía sentado con la verga de fuera y diciendo vulgaridades que nos ayudaban a sobrecalentar el ambiente...
Aunque debo decir que yo casi ni le prestaba atención con el mundo de sensaciones que estaba disfrutando y no era para menos, tenía una verga atravesada en el culo, mientras yo me sobaba el clítoris y tenía a mi esposo de mirón, esto a cualquiera enciende...
-¡Pues mi culo es tuyo y hazme lo que quieras! –le dije.
-¡Ah, aaahhh, así te quería tener, me has ...
... tenido la verga parada desde que te conocí y ya me urgía metértela en este rico trasero que te cargas, cabrona...
La cogida seguía intensa, de hecho desde que me la metió, el ritmo no había disminuido...
-¡Síii, asiii papi, métemela bien adentro...!
-¡Ya no entra más, puta, pero si quieres que tu esposo me haga el quite! –dijo mi amante haciendo una invitación clara a mi esposo.
-¡Sí qué rico, papi, mi marido la tiene enorme, tal y como me gusta la verga! –le contesté.
Pero mi esposo ni el intento hizo de pararse, se notaba que estaba disfrutando su práctica, pero cuando nos escuchó, se la chaqueteó más aprisa y se vino abundante entre gemidos y gruñidos que más parecía un animal herido.
Fue cuando hicimos un trío perfecto, pues en ese momento mi amante también comenzó a convulsionarse y volvió a venirse aunque esta vez dentro de mi cola y yo lo acompañé al sentir las suaves olas de leche que se movían al entrar en mí y lo disfruté increíblemente.
Nada más nos recuperamos, nos aseamos un poco y mi esposo me dijo que bajáramos para cenar y conocer a mi picador. Así lo hicimos y estuvimos conviviendo padrísimo hasta que nos surgieron las ganas de coger de nuevo, algo que aproveché al máximo con mi amante, pues mi esposo sólo siguió siendo testigo de lo puta que era su mujer.