1. El padre de mi mejor amigo, el cumpleaños


    Fecha: 22/03/2025, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dando un infarto o quería bajarme los pantalones y comerme la polla. Se bajó en el portal y nosotros seguimos hasta el garaje riéndonos.
    
    Llegamos en su coche al piso de la fiesta, en otro barrio al otro lado de la ciudad, sin más incidentes aunque si me fijé en que la gente me miraba en cada semáforo. No es una ciudad muy grande y ese look aún llamaba la atención.
    
    Al llamar a la puerta del piso nos abrió un hombre bastante guapo, moreno, algo canoso, con un buen cuerpo fibroso, delgado, vestido con una camiseta de tirantes y unos vaqueros desgastados y una gran sonrisa que se ensanchó más al fijarse en mí. Julio me presentó.
    
    - Este es Alex viene conmigo. Alex te presento a Nacho. Un buen amigo que me ayudó mucho después del divorcio, ya te haces una idea.
    
    Seguro que se habían animado el uno al otro en una cama, o en el sofá o en la encimera de la cocina. Imaginaba y no estabas muy desencaminado.
    
    - Pasad y serviros unas copas. Pablo ya está aquí.
    
    Cuando entré sabía que sus ojos perseguían mi culo con una mirada de lujuria. Pero me hice el despistado continuando hasta el salón. Una música suave llenaba la estancia al suficiente volumen para que se notara sin molestar a los vecinos. Allí sentado en el sofá estaba el tal Pablo, digno del mismísimo Picapiedra. Un tío enorme que casi ocupaba dos plazas de un sofá de tres. Aunque no estaba gordo, parecía un cuerpo normal en talla extragrande. Se levantó de inmediato a saludarnos.
    
    En vez de darnos la mano como ...
    ... hubiera sido habitual entre hombres se inclinó a darnos dos besos. Detalle que me encantó. Era evidente que tenía que inclinarse para ponerse al nivel de cualquiera de los que estábamos allí. A ojo debían ser más de dos metros. Llevaba unas bermudas que descubrían sus piernas bien depiladas y suaves. Además de una camiseta abierta que poco tapaba su torso de barril también sin un pelo.
    
    Me cogió de la cintura para besarme las mejillas en cuanto Nacho nos presentó. Y yo en mi papel me colgué de su cuello para devolverle esos besos muy cerca de sus carnosos labios. Aproveché para pasar la mano por su cabello cortado al uno y que empezaba a escasear. Me imaginaba esa boca enorme comiendo mi polla.
    
    Julio que también lo besó, suave y rápido en los labios preguntó:
    
    -¿Falta alguien?
    
    - Solo Marcos, pero no tardará. Me ha mandado un wassup diciendo que estaba aparcando.
    
    - Estupendo. ¿Dónde están las copas?
    
    Fue decir esa frase y Nacho ya nos estaba poniendo los vasos en las manos. Mientras el anfitrión y yo charlábamos por detrás oía cómo Pablo le comentaba al padre de mi amigo:
    
    - ¡Que ricura!, ¿de donde has sacado ese bomboncito?
    
    - Es un amigo de mi hijo, un chico muy majo. Aunque algo estrafalario.
    
    Lo comento siguiendo el plan que habíamos trazado en el viaje. En ese momento llegó el invitado que faltaba. Nacho lo dejó pasar y le puso su copa. Sin contarme a mí, Marcos era el más joven, no pasaría mucho de la treintena. Era un rubito, guapo, delgado y de ojos ...
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