-
El padre de mi mejor amigo, el cumpleaños
Fecha: 22/03/2025, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... azules por lo que daba la impresión de ser aún más joven. Me sonaba de haberlo visto alguna vez en una discoteca, pero nunca me había acercado a él. Ni él a mí. Llevaba unos vaqueros y una camisa blanca muy fina y con algunos botones abiertos. También le pusieron una copa en la mano y me presentaron como es debido. Sí que me dio un apretón de manos firme y que duró bastante tiempo mientras nos mirábamos a los ojos. - Creo que te he visto alguna vez por la Cómic. - Eso me pareció cuando te he visto. Pero siempre ibas muy bien acompañado y nunca pude acercarme a tí. Me dijo con una bella sonrisa. - Igual hubiera tenido que acercarme yo. - Pues te lo hubiera agradecido. Pero nunca te vi vestido así. - Me apetecía darme un capricho. ¿No estoy bien así? Les provoqué a ver por donde salían. Las protestas no tardaron nada en llegar alagando mis oídos. - ¡Para nada! ¡Estas guapísimo! ¡Fantástico! Terminadas las presentaciones y cada uno con su bebida dejé de ser el centro de atención. Estuvieron un rato poniéndose al tanto de sus vidas como amigos normales. Julio ocupó un sillón y yo me senté en el brazo del mueble dejando que rodeara mi cintura en un gesto posesivo. Acariciaba mi vientre y muslo dejando que los demás lo vieran perfectamente. Incluso mientras charlábamos pues de vez en cuando yo también metía baza, deslizó su mano por debajo de la camiseta. Al ser esta trasparente del todo los demás veían su mano acariciar mi piel directamente. ...
... Eso empezaba a caldear el ambiente. - Buscáos una habitación. -¿Por qué? ¿no es mejor aquí? sin escondernos. - Pues claro pero nos está dando envidia a los demás. Ese fue Pablo. -¿Quieres un poco? - No me importaría. - Alex ¿le quieres dar un poco de cariño?. Me dijo Julio La cosa iba más rápida de lo que yo había pensado. No sé si por mi atuendo o por que ellos ya eran unos calentones de por sí y aquella no era su primera orgía. Sin contestar me levanté y fui a sentarme en las rodillas desnudas del gigante, de lado. Apoyé la cabeza en su pecho y rodeé aquel cuello de toro con mis brazos. - ¿Así estas más contento? - Todavía no, pero falta poco. Y me besó. Esa lengua gigantesca hacia maravillas en mi boca pues de inmediato la abrí para dejarle pasar. Yo la lamía y chupaba apretándola entre mis labios. Me dediqué a acariciar uno de sus pezones por dentro de la camisa. Mientras una de sus manazas me agarraba el culo amasando las dos nalgas a la vez, por encima de la lycra del bañador. Daba para ello. Con la otra, suave, me acariciaba la pierna. Junto a mi muslo notaba como su polla empezaba a coger dureza y tamaño. Como fuera a juego con el resto de su cuerpo aquello debía ser algo portentoso. - ¡Mira ahora quien es el abusón!. - Pura envidia. - ¡Desde luego! Todos nos reíamos con el intercambio de bromas. Marcos se acercó a nosotros. Me tendió la mano. - ¿Bailas? - Pues claro. Sonriendo a Pablo para insinuarle que no me ...