El rancho
Fecha: 24/03/2025,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: LeslieUnik, Fuente: CuentoRelatos
... día?” perdió valor pues pasábamos todo el día juntos. Todas las películas que valieran la pena ya habían sido vistas (algunas hasta más de una vez), crucigramas y rompecabezas se amontonaban ya resueltos sobre la mesa. Y el sexo, ése del que pensabas nunca te ibas aburrir, ahora sólo se practicaba por los escasos 5 segundos del orgasmo; dejando los jugueteos y caricias previas de lado.
Esta era la principal razón por la que Leslie y yo necesitábamos un cambio de aire tan desesperadamente; la urgencia de salir de la rutina en que nos encontrábamos enfrascados. Por lo que cuando surgió la oportunidad de adelantar nuestras vacaciones no lo pensamos dos veces.
Tan pronto abandonamos la autopista para internarnos en los caminos rurales comenzamos a disfrutar del aire libre, aun cuando tuviéramos las ventanas arriba. Pues lo que despertaba nuestro aletargado espíritu de aventura era la indómita vista del amarillo y rojizo paisaje desértico, tan diferente a las grises edificaciones de concreto que se divisaban desde la ventana de nuestro hogar.
—Descuida, traje baterías de sobra —agregó mi novia entre risas, completando mi broma previa acerca del consolador.
Después de demorar un poco más de lo previsto a causa de las condiciones del camino llegamos a nuestro destino antes de mediodía.
El hotel tenía la fachada de una antigua hacienda de la región, con un edificio principal donde se encontraba el hotel y algunas otras edificaciones de soporte.
La fachada que era de ...
... un fuerte color amarillo contrastaba con la verde cordillera detrás de ella. Sus puertas ostentaban rojizos errajes propios del tiempo de la revolución. Y frente a la entrada principal una antigua noria de ladrillos nos trasportaba a una época más simple.
Nos estacionamos a lado de la entrada principal en lo que uno de los empleados se acercó a recibirnos, abriendo la puerta de lado de Leslie para ayudarla a bajar.
—Buenos días, mi nombre es Antonio, sean bienvenidos —saludó el chico con una voz potente y una blanca sonrisa al saludarnos de mano.
El chico era de tez blanca, aunque bronceado por el sol, cabello castaño, alto y fornido, con una edad muy similar a la nuestra (unos 24 años), de apariencia algo hosca; pues no vestía propiamente un uniforme como los mozos de la mayoría de los hoteles, sino más bien un atuendo apto para el lugar donde nos encontrábamos.
Una camisa de manga larga que lo protegía de los fuertes rayos del sol, unos pantalones vaqueros en color azul, un par de botas en tono naranja que lo hacían lucir imponente al darle más altura y, por su puesto, un sombrero de ala ancha color café. Todo un vaquero. Quizás la idea del hotel era crear un atmósfera del viejo oeste y ése era realmente su uniforme.
El tono de su voz tampoco ayudaba mucho a suavizar su imagen; pues ésta era profunda y grave muy acordé a su apariencia ruda. Tal parecía que era el mismo John Wayne quien nos recibía, sólo que mucho más joven (yo sólo había visto algunas de sus ...