1. Por fin me decidí a entregarme a un hombre


    Fecha: 31/03/2025, Categorías: Gays Autor: SOOR100, Fuente: CuentoRelatos

    Que tal, primero les cuento que desde siempre he sentido placentero tocarme mi zona anal y no se diga introducir mis dedos o algún objeto. Ya de grande a los 48 años me decidí poner un anuncio en una página de Internet. Tuve muchos prospectos, pero me vencía la pena y el miedo.
    
    Después de múltiples intentos me encontré a alguien que supo seducirme hasta llegar a feliz término con sus comentarios y consejos para pasarla bien.
    
    Me aconsejó buscar unas páginas de tips para disfrutar de un placentero anal, incluido el bien vestir para el momento, con alguna ropita sexy y fragancia femenina.
    
    El día y la hora del encuentro pronto se llegaron y ni tiempo tuve de pensarla tanto como otras veces. Llegamos al motel que él ya había elegido y desde el momento que me subí a su auto sentía el revoloteo de las mariposas en mi pancita. Recuerdo que le dije, ahora entiendo lo que siente una mujer cuando sabe que va rumbo a donde la harán sentir toda una hembra. Quizá llevaba una mezcla de nerviosismo con alegría de poder cumplir mi deseo más allá de auto tocarme o meterme algo por mi culito.
    
    Llegamos al esperado lugar, luego me metí a la regadera y al salir mi varón ya tenía una música instrumental muy padre. Se pasó el a la regadera y por mientras yo me arreglé para el momento.
    
    Me calcé unas medias hasta la base de las nalgas, una tanguita roja, una mini roja con su blusa del mismo color y en mi cabeza un pañuelo.
    
    Su salida de la regadera fue muy excitante toda vez que ...
    ... salió con su pene bien erecto y vaya sorpresa que me llevé por su gran tamaño. Nunca me imaginé que estuviera tan dotado, le tuve que decir que hasta me estaba dando miedo, pero también supo manejar ese miedo mío, y me dijo, no te preocupes lo vamos a hacer con mucho cuidado, y si después de todo eso no entra no pasa nada, pero ya verás que lo vamos a disfrutar.
    
    Sentí confianza y empezamos el cachondeo, primero abrazándome por la cintura y yo por su cuello. Luego bajó sus manos a mis nalgas y las acarició suavecito, primero por encima de la tanga y después por abajo. La cosa se puso más interesante cuando comenzó a tocar mi hendidura entre las nalgas de arriba hacia abajo, muy pero muy suavecito y me hacía retorcerme de placer y no se diga cuando me pasaba los dedos por mi zona anal.
    
    A la vez me empujaba de la cadera contra su paquete, mismo que chocaba con el mío. Pero lo que yo disfrutaba era el cosquilleo eléctrico entre mis nalgas. Sin decirme nada me giró de mis caderas y me puso de 71 apoyando mis manos sobre la cama, yo el 7, él el 1. En esa posición me colocó una lámina de látex muy suave y me paso la lengua por toda mi raja trasera, dando más atención a mi culito caliente y después me dio varias veces intensos besos negros.
    
    Para ese momento yo ya estaba gimiendo de placer auténtico y él lo aprovechaba para hacerme lo que él sabía que me hacía disfrutar más el momento. De repente sentí una sensación fría en mi zona cular y percibí algo que me sacó un gemidote, ...
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