1. La mujer perdida II (Capítulo II)


    Fecha: 12/04/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Infidelidad Voyerismo Autor: oldie, Fuente: SexoSinTabues30

    ... Sasha, empezó a mostrar cierta cara de molestias.
    
    -No te preocupes, esto es normal. Dentro de un momentito, se te acostumbrará ya todo el esfínter y empezarás a sentir placer-
    
    Poco a poco, fui introduciéndola y sacándola, de manera acompasada y constante. Poco a poco, fue relajándose y noté cómo empezaba cimbrear nuevamente su cintura. Unos leves gemidos comenzaron a escapar de su garganta.
    
    Ese era el pistoletazo de salida. El momento en el que lo cambió todo y pasó del dolor al placer.
    
    Y aunque me hubiese gustado, hacerle mucho daño introduciéndole de golpe, al final me pudo el cariño que sentía hacia ella, y lo hice con dulzura y con cariño, y lógicamente dio sus resultados, puesto que tras varias empelladas, la tenía a cuatro patas bramando de placer, En el momento en el que me afané en perforarle su orto frenéticamente, ella utilizó su mano izquierda para frotarse su clítoris.
    
    -Seguro que esto no es lo que tú esperabas cuando pensabas que te iban a petar el culo zorra-
    
    -No amor… Ahhhh…Jamás pensé que tú
    
    ibas a ser Ahhhh…. Así…-
    
    -Si te hubiese cogido ...
    ... ese imbécil, te habría hecho muchísimo daño…
    
    Aunque me estoy cuestionando, si realmente a ti lo que te gusta es que te hagan daño.-
    
    Inmediatamente, tras oír estas palabras, con mi mano abierta, le metí una cachetada fuerte en el culo.
    
    Ella soltó un grito sonoro, porque la pillé desprevenida. Pero extrañamente, ese grito no me pareció que fuese de dolor.
    
    A continuación, miró hacia atrás, hacia mi y su mirada se volvió felina… Ahí comprendí lo que realmente era Sasha. Una auténtica bestia parda, un animal encerrado en una vida convencional… En un matrimonio convencional que necesitaba salir de esa rutina.
    
    Y ahí es donde comprendí lo que ocurrió en el Sidhartha.
    
    Ella, en su fuero interno, gritaba algo distinto, gritaba emoción, gritaba peligro …
    
    Y mi amigo Miki podía ver este tipo de cosas.
    
    Probablemente si yo me lo hubiera propuesto, también lo habría sabido ver, pero yo no era de esa condición y no tenía ese tipo de prioridades.
    
    Pero ahora la tenía ahí debajo de mí, ensartada por mi miembro.
    
    Y entendí que tenía vía libre para mis más bajos instintos … 
«12...5678»