El nuevo maestro del pueblo (5)
Fecha: 16/04/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... quedarnos solos.
- Es algo que recuerdo bien. – dije poniendo cara de pasota.
- Pues hoy pasarás la primera prueba a ver si das la talla. Las mujeres no solo desean follar, desean disfrutar a su manera y quedar satisfechas, incluidas las de cierta edad.
- Hasta donde sé, creo que todas con las que he estado han quedado muy satisfechas. – volví a contestar más sobrado aún.
- Pero siempre has elegido tu, aunque también se que no haces ascos a ninguna. Virtudes, la que te voy a presentar, es una buena amiga mía. Se quedó viuda hace diez años y necesita a un hombre, pero no le vale cualquiera pues ya salió esquilmada con el marido que tuvo.
Como iba de sobrado me atreví a replicar.
-No le ha presentado a don Ramón?
- No seas impertinente. Yo decido quien presentar y a quién.
Su voz seca y autoritaria hizo replegarme y contesté con seriedad haciéndola saber que la que mandaba y pagaba era ella.
-De cuerdo doña Genoveva.
- Esa actitud me gusta más.
- Virtudes es una mujer de cincuenta y dos años, reservada, algo tímida y de pocas palabras. Tendrás que ser educado y galante, nada de groserías ni palabras mal sonantes. Le gustan los niños, aunque no ha tenido ninguno. Hablaréis sobre la educación infantil y le explicarás el sistema que vas a seguir. Si le caes bien, y espero que sea así por tu futuro en este pueblo, te invitara a comer a su casa y lo que ocurra allí ya es cosa vuestra. Tan solo espero que puedas cumplir con sus ...
... expectativas.
“Menuda charla!”, me dije a mi mismo. Ni que fuera la directora de una gran empresa. Por supuesto mi respuesta fue sería y contundente.
- Tenga por seguro que no la defraudaré, ni a usted ni a ella. – casi me había amenazado con romper el contrato si fallaba así que mi respuesta fue rotunda.
Me llevó a otra sala donde esperaba la tal Virtudes. Se levantó cuando llegamos y la condesa hizo las presentaciones.
Virtudes llevaba un vestido negro hasta por debajo de las rodillas y sin nada de escote. Era delgada con el pelo algo canoso recogido en un moño. Sus facciones eran austeras, cara alargada sin apreciar maquillaje, ojos pequeños claros, nariz fina y boca alargada de labios finos en los que tampoco aprecié ningún carmín.
No era baja, calculé uno setenta de estatura, aunque subida en unos zapatos negros de tacón mediano la estilizaban aún más. El vestido no era ajustado, pero se marcaban claramente las tetas elevadas, seguramente por un sujetador apropiado, y un culo redondo y nada caído para su edad.
Elena nos sirvió té y café y después de unos minutos de conversación Genoveva nos dejó solos. Su tono de voz era agradable, y llegó a esbozar alguna sonrisa durante la conversación, casi toda relacionada con mi trabajo.
Me dijo que leía mucho y que la interesaba mucho la actualidad, la moda y la tecnología, esto último me sorprendió, bueno, también lo de la moda viendo cómo iba vestida. Poco a poco se fue soltando y perdiendo esa austeridad en sus gestos hasta que me ...