El arte de mi hijo - Relatos Eróticos

El arte de mi hijo

... que talento, de mí. Me encantaba dibujar. Nací con ese talento. Y puedo ser un poco vanidosa al pensar que yo misma era bastante buena. Pero Javi pronto me superaría en habilidad. Estos dibujos, a excepción del tema, eran muy buenos.

Capturó el detalle, la postura y la emoción. Dibujó su propio rostro con fuerza expresiva. Definitivamente podrías identificarlo a él y la intensidad, casi ferocidad de su acto sexual. Si no hubiera sido retratada yo, su madre, en el extremo receptor casi habría considerado a cada uno una obra de arte.

Todo lo que faltaba era mi rostro, que estaba en blanco, con un vago indicio de rasgos amorfos. Pero, Javi había capturado mi cuerpo desnudo a la perfección.

- “¡Mi cuerpo desnudo!” dije en voz alta. ¿Cómo iba a tener idea de cómo se veía mi cuerpo? Esto no fue solo un garabato imaginario. Este fue un trabajo de precisión.

Corrí a su habitación, di un golpe rápido y entré. Javi estaba acostado en su cama, con el torso desnudo y vistiendo solo un par de pantalones cortos para correr. Tenía otra libreta de dibujos y un bolígrafo en sus manos.

- “Javi, ¿tengo que hacerte una pregunta importante? Bueno, dos preguntas, en realidad.”

- "De acuerdo mamá. ¿De qué se trata?, Acabo de terminar otro dibujo; ¿Quieres verlo?"

- "En un minuto. Volví a observar tus dibujos, ¿por qué no dibujaste mi rostro?

- “Me pregunté eso mismo mientras te dibujaba. Había algo que siempre me impedía terminarlo. Era como si fuera un sueño o una fantasía ...

... que nunca tendría la oportunidad de completarse. No había forma de que sucediera, por lo que el dibujo tampoco se pudo completar. Siempre tendría que quedar incompleto”.

Pensé que debía haber algún mecanismo inconsciente que le hizo saber a Javi que el acto prohibido de incesto con su madre tenía cero posibilidades de suceder. Eso mantuvo mi rostro incompleto y siempre representaría esa barrera impenetrable.

- “Segunda pregunta: ¿cómo pudiste capturar tanto detalle en dibujar mi cuerpo? Ya sabes lo modesta que soy, ni siquiera camino por la casa con ropa ligera”.

- “Oh, acerca de eso” dijo Javi. “Probablemente no te va a gustar esta parte, pero seré honesto contigo. ¿Es eso lo que quieres... honestidad?”

- “Te he enseñado que la honestidad es uno de los valores más importantes, ¿no? Siempre he sido honesta contigo, y espero lo mismo”.

Javi se levantó y se acercó a la pared de su habitación, la pared común que separaba nuestros dormitorios. Agitó un dedo hacia mí, haciéndome señas para acercarme hacia él. Cuando me paré a su lado, tomó una pequeña foto enmarcada de él, su padre y yo de la pared. Detrás había un agujero del tamaño de una moneda.

- "Mira", sugirió.

Sorprendida, miré y vi una vista perfecta de nuestro dormitorio.

- “Hay un pequeño agujero justo debajo de la pintura que hiciste de la cascada. La sombra del marco y el patrón del papel tapiz lo cubren para que nunca puedas notarlo en un millón de años”.

Lo dijo con tanta naturalidad que me ...