1. Irene y sus primos (parte 3)


    Fecha: 28/04/2025, Categorías: Incesto Autor: Montes Federico, Fuente: CuentoRelatos

    ... me apretó contra él y empezamos a movernos al ritmo de la música suave que sonaba. En un momento me puso de espaldas, pegada a él y empezó a acariciar el contorno de mi cuerpo al compás mientras sentía su bulto en mi cola. El primer beso en el cuello me sacó un suspiro y eso le dio rienda suelta. Sus manos fueron suaves a acariciar mis tetas, después una se metió dentro de mi corpiño y me acarició los pezones mientras yo le sacaba la toalla y acariciaba el creciente bulto.
    
    Nos olvidamos de la música para empezar a devorarnos la boca y acariciarnos mientras nos desvestíamos. Cuando quedé desnuda, me tomó de la cintura como si no pesara nada y de golpe y de prepo me puso sobre el sillón, mis manos sobre el respaldo y mis rodillas sobre el asiento y me dio dos buenos chirlos para después seguir masajeándome. Quise reaccionar, pero me tomó del pelo, me acercó la cara y me dijo:
    
    - “No te rebeles, putita. ¿No te gusta un macho que te domine? Dejate llevar”, y siguió acariciándome, besándome y manejándome a gusto.
    
    Y la verdad, me sorprendió, me había puesto tensa y lista a saltar, pero me terminó gustando y decidí ver hasta donde iba. La verdad que no me disgustaba ese hombre poseyéndome y yo dejándolo hacer sobre mí. Se sentía rico y excitante. Sus chirlos nunca pasaron de una dolor ínfimo y su dominio fue siempre cuidadoso y medido. Nunca me habían tratado así y sentirme dominada no me resultó nada feo, al revés.
    
    Puesta en cuatro sobre el sillón tenía mi sexo ...
    ... expuesto y él se dedicó a lamerlo y masajearlo con una experiencia y una sabiduría admirable de los ritmos para chupar y lamer o pasar sus dedos, o jugar en mis agujeritos o usar lubricantes o cada tanto darme un chirlo. La dosificación de sus mimos, pausas, chirlos y lamidas me llevó a mi primer orgasmo. Estaba descansando mi cabeza en mis brazos y volviendo de mi explosión interna cuando sentí su miembro entrando suavemente en mí. Me tomó del pelo y empezó a obligarme a seguir su ritmo, dándome de vez en cuando un chirlito.
    
    - “Vení putita, sentí como te cogen. ¿Te gusta comerte esa pija?”.
    
    - “Si, me encanta. Mucho”
    
    - “Vas a estar un rato largo así mientras te cojo, ¿entendiste putita?”
    
    - “Si, entendí, cogeme mucho”.
    
    Estuvo un largo rato antes de llevarme a otra acabada. Se sentó en el sillón, me hizo ponerme arrodillada en el sillón sobre él y fue penetrándome, tomó mi cola y me hizo subir y bajar sobre su pija. Mientras me miraba, me decía lo linda que era, que le encantaba mi conchita y que era una de las putas más lindas que se había cogido. Yo mientras gozaba todo, su pija, sus halagos, ese potro cogiéndome, sus chirlos, todo.
    
    En ese momento, sentí que la puerta se abría, quise levantarme, pero Omar me retuvo con su fuerza, abrazándome y dejándome pegada a él. Di vuelta la cabeza y vi con asombro a Roque entrando y, para aumentar mi sorpresa, vi que sin esperar un segundo empezaba a desvestirse.
    
    - “¡¡Qué hacés!! ?? ¿Te volviste loco?”.- le dije mientras ...