Despedida erótica con mi compañero de ejercicios
Fecha: 02/05/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: charlimonca, Fuente: CuentoRelatos
Como te decía mi amor, ya lo encontré a él haciendo sus ejercicios, y yo empecé a hacer los míos, cuando él terminó su rutina y llegó a saludarme, yo tenía al menos media hora de haber llegado, se me acercó, me saludó con un beso amistoso en la mejilla, y me acompañó a dar una vuelta a la pista caminando, en el transcurso aprovechamos para conversar amenamente. Al terminar la vuelta, salimos juntos del campo de entrenamiento, tomamos agua y luego nos fuimos tomados de la mano para el gimnasio…
Llegamos al gimnasio de karate y ahí nos sentamos juntitos en una banca, –necesito pedirte algo–, le dije y él me contestó –ok, dime amor–. Antes que empecemos a jugar hoy, quiero que sepas que: –esta va ser la última vez que vamos a estar juntos, esté será el último juego erótico que vamos a tener–. “No quiero que vos tengas problemas con tu pareja ni yo con la mía, así que, hasta aquí llegó la diversión, y me puse a reír”. –Pero, quisiera que tengamos una despedida inolvidable, tengo el deseo de que nos seduzcamos deliciosamente en este mismo lugar, donde hemos tenido tantos juegos eróticos juntos–.
Entonces me respondió él; –no hay problema, yo hago lo que tú me pidas amor –. Si me buscas aquí estaré, –sino pues tranquila, no te preocupes amor–, me respondió. –Bueno entonces, hoy me toca volverte loca, complacerte al máximo y hacerte disfrutar cada momento que pasemos juntos‒ me dijo. –¡Claro que sí, eso es lo que quiero!, por eso te cité otra vez aquí, para estar a solas ...
... contigo y que disfrutemos placenteramente este último momento‒ le dije. ‒Será como tú quieras mami rica‒ me contesto. Así que nos fuimos a un cuarto del gimnasio, dónde se cambian los muchachos que practican karate; como no había nadie en el cuarto, nos encerramos con llave para tener completa privacidad.
En la habitación había bancas, un sofá, una mesa de oficina y muchos lockers, entonces ya cuando vimos que estábamos solos, decidimos empezar a jugar y hacerlo deliciosamente ahí…
Lo primero que hice fue quitarme la blusa que traía puesta, y solo me quedé con el top y la licra que llevaba para hacer ejercicios; inmediatamente nos comenzamos a besar intensamente con unos besos apasionados y profundos de lengua con muchos deseos y morbo, más sabiendo que esté sería nuestro último encuentro erótico. Entretanto él no perdía el tiempo y tocaba mis caderas y me daba palmadas ricas en el trasero.
Yo busqué sus labios y nos fundimos en ardientes besos, que provocaron que fuera abriendo mis piernas, motivada por la excitación. Él fue bajando su mano acariciando y apretando mis pechos, primero lo hizo por encima de mi top, pero después me lo bajo hasta la cintura para tocármelos desnudos; continuó bajando con sus manos, buscando mis piernas y caderas, siguió llevándolas por mis muslos y bajando lentamente hacia el medio, buscando tocar mi vagina por encima de mi licra con sus dedos.
Cuando se percató de que no le ponía ninguna barrera, y del grado de excitación del que yo ...