Soy novata 9 - Relatos Eróticos

Soy novata 9

... pasta.

-Tranquilo amor, luego te compenso.

Estuvimos 20 minutos comiendo dulces. Nos pedimos más café.

Al rato, aparecieron por la puerta. Mamá iba toda despeinada, con una camiseta verde de la Unió Esportiva de Sitges y una bolsa con la blusa blanca metida.

-Ay hijos, al final Felipe no consiguió hacer limpia la blusa. Me prestó esta…¡Se la tenemos que devolver!

-Ya veo, ya veo.

Jordi pagó la cuenta, nos despedimos y mamá le dio un apretujón en los huevos al moreno.

Salimos bien desayunados y nos volvimos hacia el coche. Mamá estaba en el quinto cielo, con una cara de bienfollá que era una maravilla.

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-¿Y bien, mamá…no nos cuentas nada?

-¡Qué polla, hijos…qué polla! ¡Y qué manera de empotrarme!

-Así, bien, ¿no?

-Jooooder, una puta locura. Jamás me habían follado de esta manera. 20 añitos tiene el chaval.

-¡Mamaaaaaaa, asaltacunas!

-¡Asaltapollas! ¡Qué rabo, por favor! Voy a recordarlo toda mi puta vida. Y esos huevos negros. Diosssssss. Lo único es que me folló con gomita. Que tiempo atrás, su hermano dejó preñada a una señora y no tuvo más que problemas. No le convencí con lo del diu. Eso sí…peaso cubana le hice…se corrió en mi cara, mis tetas y mi barriga.

-Y en tu blusa.

-No, con la blusa me limpié.

-Zorra que eres, mamá.

-Pues tú, porque tienes novio y es un amor. Pero ya te digo yo que este moreno sabe lo que se tiene entre manos. Oye, ¡que no me entró en la boca!

-Pues ahí ya le veo yo un inconveniente. ...

... Con lo que me gusta mamar polla a mí.

-Ay hija, no sé…ya te digo yo que lo del moreno este, es superior a todo lo que he probado.

-¿Por el culo también?

-No cariño, no me entró.

-¿Ves, troglodita? Mucho pollón, pero no puede ni chuparlo ni enchufárselo en el culo.

-Pues yo la veo muy contenta.

En el asiento de atrás del coche, mamá estaba con la cara pegada al cristal, con la mirada perdida.

-Creo que mamá se enamoró.

Le dije en voz baja, acercándome a él.

-Chicos…¿volvemos mañana? Los croissants estaban muy buenos.

Y nos reímos como nunca.

-No sé de qué os reís…el desayuno estaba muy bueno.

Y volvimos a reírnos más fuerte.

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-Chicas…Parece que se está nublando.

-Pues casi que normal, estamos a mitad de octubre.

-Ay mira, os voy a hacer un potaje. Veréis qué rico, con este frío.

Siguió nublado y a eso de la hora de comer, empezó la lluvia.

Pasamos de ir en pelotas, a tener que encender la chimenea.

La casa se calentó de nuevo. Los chisporroteos de la chimenea eran hipnóticos. Los tres, alrededor del fuego, sentados sobre una manta, juntitos, éramos una familia de verdad. El olorcito del potaje lo envolvía todo.

-¿Comemos aquí en cuclillas, o ponemos la mesa?

-Ay…casi que prefiero la mesa, se me está asando la polla.

-Ñañañañañañaña la polla. ¡Maleducado!

-Es verdad, cochinas. Se me está churrascando. Terminará negra como la del caribeño.

-Uy, entonces acércate más.

Y las dos nos reímos.

Jordi se ...