La casa de la playa (parte 6 y final)
Fecha: 14/05/2025,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: LeslieUnik, Fuente: CuentoRelatos
A diferencia de Pedro y Pablo, quienes desde el amanecer habían estado haciendo algún tipo de actividad física, no necesariamente relacionada con sus oficios de carpinteros, mi novio había estado bebiendo sin realizar el más mínimo esfuerzo; por lo que era lógico que el alcohol hubiese hecho efecto en él mucho antes que nosotros.
Salí de la ducha sujetando a ambos chicos por el brazo, caminando alegremente hacia la recámara con actitud desenfadada; tambaleándonos un poco, pero sin dejar de bailar, deseosa de que esa noche nunca terminara.
—Disfruta el espectáculo amor —dije a mi novio al pasar a su lado, lanzando un beso con actitud de niña traviesa y mujer fatal simultáneamente, dejando en claro que lo que yo estaba por hacer era únicamente en su honor.
Como si fuera una actriz de películas para adultos en la audiencia para conseguir mi primer protagónico, yo estaba dispuesta a dar todo de mí con tal de que esa noche fuera inolvidable para todos. Aunque al parecer por el estado actual de mi novio, no tendría mucha audiencia en mi debut.
—Claro que sí... —respondió él sin poder concluir la frase, luchando por subir sus pantaloncillos y trastabillar al buscar donde sentarse.
Al haber alcanzado el clímax tan sólo un par de minutos antes, la estamina de mi novio había desaparecido de su torrente sanguíneo, por lo que la fuerza de gravedad lo atrajo hacia un sofá detrás de él, cayendo pesadamente. Y conociéndolo, como yo lo conocía, supe que en un par de segundos ...
... caería en los brazos de Morfeo. ¡Pendejo!
Yo preocupada por fornicar con aquel par de chicos, como si fuera una especie de tributo, y él se lo iba perder por no ser capaz de mantenerse despierto un poco más. ¡Definitivamente era un pendejo!
Aunque, por otro lado el que mi novio no estuviera en sus cinco sentidos, me daba carta abierta para disfrutar con Pedro y Pablo sin limitarme por el hecho de que él me estuviera observando. Hacía casi tres meses que yo no había estado con otro hombre, quizás menos no lo recuerdo con exactitud, por lo que era mejor que aprovechara la oportunidad. ¿Quién podía saber cuando volvería a agarrarlo tan borracho?
—Ésto es por ti amor —dije estirando la mano para alcanzar la cabeza de mi novio, simulando querer despeinarlo con actitud juguetona.
Ese aparentemente inocente gesto de mi parte no tenía otro objetivo que hacerlo perder el conocimiento al zarandear un par de veces su cabeza, lo que por lo visto funcionó al notar como cerró los ojos, cediendo ante una habitación que giraba a su alrededor, perdiendo la consciencia. ¡Perfecto!
Inmediatamente me arrodillé en medio de los dos chicos, pasando mi mano izquierda por debajo de la entrepierna de Pedro y la derecha por la de Pablo, para agarrarlos por los testículos. Apretando, suave pero firme, esos dos pares de albóndigas cubiertas de gruesos pelos despeinados.
—¡Pendeja! —exclamó Pedro en el momento que cerré mis dedos un poco más, jalándolos hacia abajo por sus partes nobles ...