1. ME GUSTA EL CHUTO Y TODO LO QUE SEA DARME PLACER POR EL CULO.(III) Por Putita Trav


    Fecha: 20/05/2025, Categorías: Fetichismo Gays Transexuales Autor: JuanaLoca, Fuente: SexoSinTabues30

    ... Carlitos.
    
    -De verdad ¿quieres saberlo?
    
    -Por supuesto. Carlitos era mi primo preferido… Un violento puñetazo me hizo encogerme de dolor.
    
    -¿Qué te pasa, huevón? Le dije, mientras me sobaba la quijada.
    
    – Ahora vai a saber lo que fue la vida de Carlitos y la promesa que le hice.
    
    La verdad es que no sabía exactamente lo que Monchi quería decir, pero poco a poco fui dándome cuenta de que Carlitos le había contado lo que habíamos hecho, o mejor lo que yo le había hecho.
    
    Monchi empezó por decirme que Carlitos había cambiado mucho y que lo sorprendió cuando en las noches salía vestido de mujer y frecuentaba los bares y tabernas en que era conocido como Carla.
    
    El resto era una serie de episodios que se traducía en la misma rutina. Se embriagaba, bailaba y se dejaba coger en los tugurios. Esa era su obsesión. Ser culiado por desconocidos en los servicios higiénicos. Nunca fue a un motel, o en los callejones en que se reunían a culiar los travestis y las putas. No era mamador ni dejaba que le mamaran la pija o el culo. Solo aceptaba ser culiado sin protección hasta recibir el semen dentro de su poto.
    
    No era uno, ni dos, sino a veces seis o más los que se lo culiaban en los baños hasta dejarlo casi inconsciente cubierto de semen y orines. Le había tocado llevarlo a la casa varias veces.
    
    -¿Ahora te dai cuenta de la bronca contigo, huevón?
    
    -Lo siento, Monchi. Eramos unos chiquillos en ese tiempo…
    
    – No, po, huevón. Carlitos era chico, pero tú ya eras ...
    ... grande. Me contó que te lo culiaste en el baño y lo dejaste con ese dolor y ese estigma.
    
    Me vino a la mente esa escena.
    
    -Le hice una promesa a Carlitos.
    
    – Dime. ¿Tiene que ver conmigo?
    
    -Sí. Y eso es lo que va a ocurrir ahora. Monchi me sujetó los brazos en la espalda y me colocó las esposas que siempre llevaba. Se había convertido en policía y su especialidad era precisamente los delitos de carácter sexual.
    
    Quedé boca abajo en la cama con la cara en la almohada. Siento que me desprende el pantalón y los bóxer y me deja con el culo al aire. Intuyo lo que vendrá.
    
    -Acuérdate de lo que le ofreciste a Carlitos como reparación.
    
    -Sí, le ofrecí que me culiara…
    
    -Pero no cumpliste.
    
    -No fue mi culpa. Fuimos interrumpidos por la Fermina.
    
    -Esa fue tu excusa, pero después podías haber dejado que Carlitos tuviera tu culo.
    
    -No hubo tiempo. Se acabaron las vacaciones…
    
    – Para eso siempre hay tiempo. No quisiste darle esa satisfacción. Pero ahora vas a saber como le cumplo la promesa.
    
    -¿?
    
    -Ponte en cuatro y levanta el culo.
    
    Monchi se acercó, me abrió las nalgas y me vio el agujero cerrado de mi ano.
    
    La punta de su pene rozó el punto sensible de mi poto que se contrajo involuntariamente.
    
    Contra todo pronóstico, no sentí deseos de ser culiado y menos por ese garrote que pude observar y luego constatar porque solo la cabeza tenía dimensiones poco comunes.
    
    Sin lubricar ni dilatar previamente, Monchi me dejo ir la verga hasta lo que pudo ser solo la ...