1. Los calcetines de mi tío Eddy


    Fecha: 24/05/2025, Categorías: Fetichismo Gays Incesto Autor: kmilocesto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... mientras esperaba a mi tío cuando empezó a llover muy fuerte e inevitablemente mis pies se mojaron y cuando él llegó, también se mojó al bajarse del auto, rápidamente, corrió hacia mí y me cubrió con su chamarra, luego nos dirigimos a su casa, pero al bajar del auto, nos mojamos aún más, dejando mi ropa empapada. Él se dio cuenta y tuvo que ir por toallas y algo de su ropa para que me cambiara. Yo estaba parado en la entrada para no mojar el piso, con mucho frío, temblando y toda mi ropa goteando. Cabe destacar que no íbamos originalmente a su casa ese día, así que no tenía ropa extra, pero la lluvia cambió completamente nuestros planes.
    
    Mi tío se dio cuenta de que no tenía ropa seca y me dijo: «Toma, pisa esta toalla y quítate los zapatos y la ropa mojada, ahora veo qué te presto». Sin dudar, me quité la ropa, quedando solo en calzoncillos y tapándome con otra toalla. Cuando regresó, me dio una de sus camisetas y unas calcetas largas de fútbol, aunque eran enormes para mí, era lo que tenía disponible. Mientras me secaba y vestía, él se quitó la ropa mojada frente a mí. Nunca antes me había dado cuenta de lo peludo que tenía el pecho, y no podía dejar de mirar. Estaba hipnotizado viendo todo ese pelo en su pecho. Él notó mi mirada y simplemente se volteó, llevándose toda la ropa mojada a la secadora
    
    Cuando él se fue, me senté en el sillón y encendí la televisión. De repente, escuché risas fuertes detrás de mí. Al voltear, le pregunté: «¿Por qué te ríes? ¿Qué pasa?». ...
    ... Entre risas, él respondió: «Es que te ves muy gracioso con mi ropa, pareces uno de los enanitos de Blanca Nieves». Al oír eso, empecé a reírme también. Él me dijo: «Ven, párate frente al espejo y mira cómo te ves». Al observarme, noté que las calcetas me llegaban hasta la ingle, su playera me quedaba como una bata o camisón de hospital, y, efectivamente, parecía un enanito. No podíamos parar de reír. Aún frente al espejo, imitando a los enanitos, noté que me miraba fijamente y pasaba sus dedos pulgar e índice por sus labios, como limpiando su saliva. Esto me pareció gracioso, y continúe jugando frente al espejo y fue ahí cuando noté que se apretó el pene y los testículos, el se dio cuenta de que lo vi y rápidamente se dio la vuelta, diciendo: «Voy a preparar algo para comer rápido. En un momento te aviso». Yo me fui al sillón y esperé a que me hablara. Cuando lo hizo y caminé hacia la mesa, me dijo: «Espera, camina como los enanos». Siguiendo la broma, lo hice, pero a los pocos pasos me detuvo y dijo: «No, levanta la playera para que se vean tus piernas con las calcetas y luego camina hacia acá con la playera levantada». Sin dudarlo, hice lo que me pidió. Me levanté la playera, caminé unos pasos y al llegar a la mesa me senté. Él comentó: «Oye, pero traes mal acomodadas las calcetas. A ver». Tomó uno de mis pies, acomodó la calceta y mientras lo hacía, noté que me sobaba y masajeaba los dedos y la planta del pie. Luego hizo lo mismo con el otro pie. Acomodó la calceta y me sobó. ...
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