Chantaje a mi puta perra (XVIII) - Relatos Eróticos

Chantaje a mi puta perra (XVIII)

... momento, por premio o castigo, y tú hasta la fecha me estas sorprendiendo gratamente, y a partir de ya, soy amo.

-Pedro. -Gracias amo.

-Y ahora te toca a ti, no te voy a preguntar si te ha gustado, que tampoco me importa, porque ya he visto tu reacción y como has dejado el suelo y el sillón, jajaja, si estás aquí ha sido a petición de tu hija, que quede claro, ella ha sido quien me ha pedido que te esclavice, porque a partir de hoy eres nuestra esclava (la cara de miedo no se le quitaba, aunque la dureza de sus pezones decían lo contrario), por ahora no vas a trabajar, aunque te anticipo que no te vas aburrir, pero has de obedecer ciegamente a todo lo que tu hija te pida u ordene, salvo excepciones que ella ya sabe y que luego en tu casa (me miro con asombro), te detallare mejor, pero al igual que este perro, podrás ser usada por cualquiera de nuestro grupo, que ya iras conociendo, con la diferencia de que para usarte sí que tendrán que pedir permiso a Lucia, a mí o a otra tercera persona que ya conocerás, podremos usarte cuando cómo y dónde queramos, hasta prostituirte, porque ufff, ganas me entran de ganar dinero contigo, y como le he dicho a este, puedes negarte, solo tienes que levantarte e irte, pero tu hija se ira a vivir con su padre, por lo que como ya es mayor de edad, dejaría de pasarte la manutención, además de no volver a hablarte ninguno de los dos, y no creo que el paro te dure para siempre y menos que tu familia esté dispuesta a costearte, asi que de ti ...

... depende, por cierto ¿cómo te llamas?

-Victoria. -Me quedo, me llamo Victoria, aunque usted me puede llamar como desee, porque desde joven he soñado con este momento, no asi, no con mi hija, pero para serle sincera desde que mi hija me pillo masturbándome, deseaba que pasara lo que paso, que supongo que ya lo sabe, porque siempre borraba el historial, pero al verla pasar a su cuarto y sin saber porque, no lo borre, y cuando me pego, ufff, ella no lo sabe, pero me corrí como en mi vida lo había hecho.

-Jajaja, y supongo que tú la provocaste.

-Victoria. –(bajando la cabaza) sí.

-Está bien, se nos ha hecho tarde, quítate ese tanga, porque jamás lo volverás a usar y dáselo al cornudo. Te quiero con el puesto hasta mañana que te pongas el de tu mujer, esta noche puedes dormir en el otro cuarto, pero mañana te quiero en el pequeño de la entrada, hay sitio para una cama y un armario, el resto ya te lo indicara tu mujercita.

-Pedro. -Asi lo hare amo.

Se levanto al igual que Victoria y se puso el tanga de esta, aunque le quedaba algo grande no se le caía, lo que era asombroso es que estaba empalmado.

-Vámonos, tapate las tetas guarra.

Tanto ella como Lucía se vistieron y nos fuimos.

-Lucía. -Hemos venido en el coche de mi madre amo.

- ¿Tienes carnet?

-Lucía. -No aún no, ya me he apuntado para sacármelo, pero está supeditado a mis siguientes notas.

-Recuérdamelo, quiero que te lo saques lo antes posible, que conduzca tu madre y nosotros nos subimos ...