El tormento de Elsa (revisado) 54 a 55 - Relatos Eróticos

El tormento de Elsa (revisado) 54 a 55

... el culo la primera vez, con el que tuvo pesadillas días, al que temía tanto como a él al principio, y ambos, sonriendo.

-¿Qué tal el paseo? ¿Te duelen los pies?

Elsa los frotó en el suelo, su padre sonrió.

-Poco, pueden doler más si queréis. - dijo sonriendo. - Yo quiero.

Javier sonrió y beso a su hija.

- Papá, papi… por favor, que se quedé Andrés esta noche, que sea mañana el segundo, después de tí, en darme mi regalo.

Sonriendo, Javier miró a Andrés. Luego a Elsa, que soltando los zapatos y a su profesor fue hasta su padre, y allí, en la misma puerta, se arrodilló ante él.

-Te la chuparé aquí mismo, a los dos… desnuda, en la calle, para que todo el mundo vea lo puta que soy.

Excitado, Javier la hizo levantarse.

-Aguantaré todo. - Dijo Elsa.- Por ti.

-No sin ayuda, por eso, esta noche y mañana, doblaremos la dosis de tus pastillas, o creeme que sufrirás de veras.

-¿Y no lo merezco? - dijo pasando a la casa y desnudandose entera nada mañas entrar, quedándose solo con las medias, grapadas aun a sus pies. Los dos hombres sonrieron al ver sus tetas aun grapadas también, cosidas, sin pezones.

-Hacerme sentir una perra inmunda, sucia, usada, puta, sumisa… lo que soy.

Y se arrodilló ante ellos volviendo a ladrar.

-Empezad. - dijo casi llorando - que rabie de dolor y gozo.

Y salivando, ambos hombres entraron en la casa cerrando la puerta tras de sí para darle su merecido a la perra de Elsa.