Intriga Lasciva - El Instituto [31]
Fecha: 30/05/2025,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos
... merced de su amante.
Luego de estar un largo rato cogiendo en esta posición, Rebeca se puso en cuatro y pidió lo que Yelena tanto estaba esperando:
—Metemela por el orto. Y ya sabés… me gusta que me den duro. No tengas piedad conmigo. Puedo soportarlo. Este culo está bien entrenado.
Luego de haber visto tantos videos de Rebeca teniendo sexo anal (en especial el primero que recibió), Yelena ya tenía fijada en su mente la fantasía de probar ese culo. Pensaba que quizás había algo casi narcisista en hacerlo, porque coger con Rebeca se sentía como coger con ella misma. Pero no quería dejar pasar esta oportunidad.
Penetró ese culo como tantas veces lo hizo Ernesto y, era totalmente cierto, estaba bien entrenado. No hubo ningún tipo de resistencia, bastó un poco de lubricante y una erección bien firme para que la verga se deslizara hacia adentro.
—Uff… sí… rompeme toda…
Yelena sabía cuándo era el momento justo en el que la penetración anal se podía volver más dura, había experimentado mucho con su propio culo. Esperó hasta que su hermana lograra el punto de dilatación apropiado y luego empezó a darle más fuerte.
El culo de Rebeca recibió mucho castigo durante ese día, porque cuando Yelena aceptó que tendría sexo con su hermana cada vez que lo quisiera, aprovechó para metérsela varias veces. Además la misma Rebeca le pedía que lo hiciera. Ambas sentían que debían aprovechar cada minuto juntas, porque después no se verían durante meses.
Tuvieron sexo hasta ...
... quedar agotadas y solo se interrumpieron porque querían cenar algo. Pidieron una parrilla completa para dos personas a domicilio y luego bromearon por la forma en que el cadete se quedó mirando a Yelena.
—Tenía ganas de cogerte, hermanita —le dijo Rebeca.
—Espero que haya entendido que después le tocaría a él entregar la cola —respondió Yelena.
Su hermana le aseguró que se quedaría ahí durante unos días y a Yelena le encantó la idea. Se sentía sola, necesitaba tener un poco de compañía, en especial ahora, que ya había completado su tratamiento para el cambio de sexo. Era un alivio poder transitar esta etapa acompañada de una persona a la que quería tanto. Las viejas discusiones con Rebeca ya no ocurrían más. Ella parecía haber madurado y ya no hacía comentarios despectivos hacia los empleados… a menos que quisiera ser “castigada sexualmente”. Eso era distinto, era parte de un juego. La buena noticia era que ya no los veía como personas que valían menos, como claramente lo hacía antes.
—Al parecer Ernesto hizo un muy buen trabajo con vos —le dijo Yelena.
—Se podría decir que me educó a pijazos. Una vez, para demostrarle a sus compañeros que me tenía completamente amaestrada, me puso una correa en el cuello y me paseó completamente desnuda frente a ellos, como si yo fuera una perrita. Incluso me puso orejas de perro y una cola con un plug anal. Para humillarme aún más, me hizo mear en un árbol del patio levantando la patita, como una perra. Después tuve que chuparle ...