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ME GUSTA EL CHUTO Y TODO LO QUE SEA DARME PLACER POR EL CULO.(I) Por Putita Trav
Fecha: 30/05/2025, Categorías: Fetichismo Gays Transexuales Autor: JuanaLoca, Fuente: SexoSinTabues30
... había esperado para que ello sucediera al fin. Lo que vino después lo recuerdo como chispazos de claro oscuro de una película del más alto contenido erótico: Por un instante vi los ojos del cura desorbitados y enrojecidos como si en ellos hubiera evidencia de alguna droga. Asocié de inmediato que habíamos compartido un brebaje dulzón que asemejaba al zumo de duraznos. Un calorcillo agradable invadió mi cuerpo. Sentía como si fuera una muñeca de trapo que se entregaba totalmente al arbitrio de quien manejara los hilos del placer. Fui llevado en vilo hasta el lecho revuelto y mi rostro se hundió en las sábanas que aprisionaban el olor del macho. Absorbí ese aroma ácido y dulzón de los humores del cura. Me di cuenta de que retenía aquello que se me imaginaba el semen seco de sus masturbaciones. Me vino a la mente que se masturbaba con aquella mano hasta eyacular cada vez que me tocaba las nalgas. En un segundo me desprendió de mis ropas y quedé a culo desnudo y nalgas ansiosas esperando lo que pensé sería una violenta -y muy deseada- penetración. Sentí la húmeda y suave punta de su lengua posarse en mi flor carnívora. Abierta y palpitante, sentí la punta gruesa de su pico en la entrada. Un primer intento y un intenso dolor me arrancó un gemido. La cabeza del chuto estaba atascada en la entrada del esfínter. Un tirón hacia atrás y cuando creí que se saldría, vino el segundo empujón que me desgarró el interior. Un grito ahogado por la poderosa mano del cura no logró ...
... salir. Dos tercios de su verga ya estaba alojada en mi culo sorprendido que no esperaba ese suplicio. Pasaron algunos minutos en que el cura me abrazaba y acariciaba las tetillas. Mis pezoncitos se endurecieron. Una mano me tomó los testículos y sobó mi pequeño pene que poco a poco volvió a endurecerse. Ahora ya no había dolor y mi pichula se endureció mientras en fraile la masturbaba. En un momento en que el orgasmo era inminente el cura aprovechó para meter de un golpe lo que faltaba de su grueso chuto. Ahora ya no estaba en espera sino en plena acción y los mete y saca se volvieron rápidos, fuertes y profundos. Nada me dolía y sentí que mi culo había logrado dimensiones de dilatación en que el miembro del cura entraba y salía sin aparente esfuerzo. En cambio, la fricción que producía en mi pasadizo anal, era de un placer jamás sentido ni imaginado: enloquecí al recibir varios disparos de semen directo en mi interior y al sentir que su pene se engrosaba y mi esfínter lo resentía hasta ser llenado de esa grumosa y caliente sustancia. Mis piernas sintieron el desborde cuando el pene salió dejando mi hoyo abierto y vacío. Esa sensación de haber sido usado y haber servido de receptáculo de la ávida lujuria del macho es la que busco en las decenas de chutos que han pasado por mi puto culo. Algunos sin dejar huella, pero otros me lo abrieron y hasta rasgaron para mezclar el semen, el sudor y la sangre… Y el deseo de ser culiado, sometido, azotado, meado… Mis queridos ...