1. Dos pares de gemelas (16)


    Fecha: 07/06/2025, Categorías: Incesto Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos

    ... seguidas.
    
    Directamente fui a por Teresa, sus hijas esperaban que me conformara con una lamida de compromiso, pero al oír gemir a su madre se les fue cambiando la cara. Teresa se corrió sin más, me cogió la cabeza y me fue guiando para que lamiera todo el coño, así cuando levanté la cabeza entre sus piernas, llevaba todos los labios blancos de jugo del coño.
    
    Lo que no esperaban era que reclamé el premio por la segunda ficha que metí“de carambola”, las dos hijas temieron que le tocaría a alguna de ellas y no querían ser ninguna, pero Teresa les recordó las normas, así que…
    
    Le tocó a Azucena, no quise obligar a Rosa, porque no habría disfrutado, pero confiaba que Azucena, la morena, acusaría mi lengua mejor. Al principio se hacía la remolona, parecía querer evitarme, mirando a su hermana que estaba incómoda viendo que“su coño” preferido se lo estaba comiendo un hombre, pero respetó las normas de Teresa.
    
    Luego de merodear por las ingles de la morena fui centrándome en los labios y la chica fue acusando los beneficios de mi lengua, cuando metí un poco de la punta en el coño, suspiró hondamente, y cuando lamí el clítoris, obligándolo descubrirse de la“capota”, le dio tal escalofrío, que los pezones se le marcaron como avellanas.
    
    Rosa tiró de mi cuando vio que su hermana se iba a correr en mi boca, yo estaba dispuesto a terminar para demostrarle que yo también sabía comer un coño apretado, su madre también me apoyaba pero Rosa no quiso que acabara con mi cara blanca ...
    ... de espuma. Azucena tuvo que reconocer que mi mamada era“casi” tan buena como la de su hermana Rosa, su madre no hizo ningún comentario pero sintió una dolorosa punzada en el corazón, al oírla.
    
    Lo verdaderamente curioso fue cuando a Teresa le tocó comerle el coño a su hija Rosa, ahora iba a probar su propia medicina con sus normas, me reí disimuladamente pues vi la expresión de las dos.
    
    Pero Teresa era mucha Teresa y no se arredró, le dijo a su hija cómo debía ponerse y metió la cabeza entre las piernas de su hija pelirroja, sin pensarlo dos veces le dio un repaso en su poco tupida melena rizada color azafrán que Rosa no pudo contener un hondo suspiro.
    
    Teresa sabía que se jugaba el todo por el todo, quería poner a sus hijas en una situación límite, sabía que las dos la había visto follar conmigo y lo que había disfrutado y quería hacerles partícipes del momento.
    
    Para más énfasis, me insinuó para que me acercara y me cogió la polla a la vez que lamía el coño abierto de Rosa y se la acercó a la mano de su hija para que sintiera la sensación de tocar una polla mientras una lengua le hacía correrse.
    
    Azucena no miraba indiferente, de reojo vi como metía su mano entre sus muslos y hurgaba entre sus labios, yo, muy a gusto habría alargado la mano y le habría estrujado las tetas tiernas, aunque preferí demostrarle que su madre sí que apreciaba mis caricias y las amasé al mismo tiempo que ella movía el culo exponiéndolo a todos.
    
    Teresa procuró frenar antes de que Rosa ...
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