Dos pares de gemelas (16)
Fecha: 07/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos
Aquel día había empezado bien, con el fajo de billetes de la recaudación fui al banco y el director, al verme, me hizo pasar a su despacho, yo sólo le conocía de vista, a veces lo vi hablando con D. José, pero conmigo nunca había tenido una conversación. Aquel día me saludó como si fuera el mejor cliente del mundo y me hizo sentar frente a él en su gran mesa de caoba, me hizo una serie de halagos y luego me anunció que, dada la solvencia que tenía el negocio, el banco me iba a tratar con unas condiciones especiales, aunque me confesó que, al morir D. José, temieron que todo el negocio se fuera a pique, pero para su sorpresa todo marchaba, incluso mejor.
Cuando salí del banco la calle me parecía estrecha, me había concedido unos intereses más altos para mi cuenta y además un crédito a muy bajo interés por si quería hacer una reforma o mejora en el negocio.
Cuando llegué a casa de Teresa fui directamente a su cuarto, sabía que ella se interesaba por todo lo de la tienda, aunque no acostumbraba a madrugar, y por el pasillo me crucé con Rosa, en ese momento salía del baño e iba liada con una toalla grande con la melena roja, todavía húmeda, sobre sus hombros.
La chica me cautivó con su sonrisa, sabía bien cómo provocarme, aunque yo también sabía que no había nada que hacer con ella, aún así pasar me dio una palmada al culo y me guiñó un ojo pícaramente, informándome que su madre ya estaba despierta, y“seguramente” esperándome.
No se equivocaba, al entrar en la ...
... habitación de Teresa me recibió levantando la ropa de la cama para mostrarme que no llevaba nada. Lo curioso fue que desde la habitación de las gemelas ya me llegó el rumor inconfundible de unos gemidos que me aseguraban que Rosa también había encontrado a su hermana dispuesta a“jugar” un rato.
Ya no hacía falta ocultar a las hijas lo que hacíamos su madre y yo en la cama, ellas mismas nos vieron y con detalle, por eso cuando una sombra se asomó por la puerta deduje que era Clara la que nos“espiaba” con la mano metida entre los muslos.
A Teresa le encantó la noticia del banquero, ella, aunque no quería inmiscuirse directamente en el negocio de la tienda, demostraba que le gustaba saber mis progresos y me alentaba a seguir en el empeño. Me premió con una mamada que me dejó seco, no esperó a que le metiera la polla y se tragó toda la leche que traía casi hirviendo, después de ver a su hija Rosa. Le compensé con una comida de coño que le hizo gritar, sus hijas se rieron a coro desde su habitación, demostrando su alegría y complacencia por la felicidad de su madre.
Al salir me esperaba Clara con la mano húmeda, me la enseñó con los dedos pegajosos para demostrarme que ella también había disfrutado mirándonos. Como premio de consolación le abrí la camisa y le estampé un beso entre los dos pechos, siempre me gustó el canalillo de Clara, pero este día todavía más, porque olía muy bien y estaba mucho más tibio que otras mañanas.
A Fina también la vi más guapa que otras veces, me ...