Dos pares de gemelas (16)
Fecha: 07/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos
... supuesto.
Clara se deshacía, ya no disimulaba, cuando yo me metía en la habitación de Teresa ella se acercaba y lo malo es que tenía que pasar obligatoriamente por delante de la habitación de las hijas, que normalmente también estaban comiéndose los coños o algo más impactante, metiéndose aquel consolador doble al mismo tiempo.
No era la primera vez que las había visto, no eran muy celosas de su intimidad y eso a Clara le subía la calentura hasta el punto que se hacía tantas pajas en el pasillo que la agotaban. Una mañana salí antes de tiempo, Teresa me dijo que se había corrido de una manera tan especial que se había agotado, yo, siendo prudente preferí dejarle tranquila y me fui, cubriéndola con la sábana para que durmiera otro poco.
Al abrir la puerta encontré a Clara apoyada en la pared frente a la puerta de las gemelas, tenía la falda subida hasta la cintura por delante y con las dos manos agitaba el clítoris con desesperación.
Le cogí del brazo y le llevé a su habitación, la chica apenas podía andar porque tenía el coño tan excitado que le daban calambres al juntar los muslos.
Al entrar le recriminé su actitud, le dije que no debía espiar a nadie y menos a las hijas, su madre podría enfadarse y ella perder el empleo tan bueno que tenía. Clara lloró pidiendo perdón, y me confesó que estaba muy excitada y que la había interrumpido cuando iba a correrse por tercera vez.
Clara era una buena chica y yo no tuve el valor de dejarla en aquel estado, así que ...
... la fui empujando hacia su cama y la recosté, dejando las piernas colgando. Era cierto, alrededor del coño la piel le brillaba, estaba enrojecida y el clítoris descubierto aparecía blanco de tan duro,
Le cogí de los pies, ella pensó que iba a meterla en la cama e irme, pero al mirarme de aquella forma tan lastimera mantuve las piernas verticales y me saqué la polla con la otra mano, antes de que se diera cuenta le tenía dentro, apenas le separé los muslos para poder entrar en ella, pero me metí tan profundo que en el coño de Clara estalló una sacudida que la tuvo temblando varios minutos, las piernas cimbreaban contra mi pecho, parecía que estaba convulsionando pero su cara no decía lo mismo, se estaba corriendo de otro orgasmo más retenido.
Me mantuve casi quieto, apenas entraba y salía para que ella sintiera cada pliegue al paso de mi capullo, al sacar la polla la miré y blanqueaba de jugos espesos de Clara, la chica tenía una expresión tan relajada que no quise seguir y le hice lo mismo que a Teresa, la tapé con la ropa y salí en silencio.
Ahora reconozco que la idea que tuve no fue la mejor, me encaminé a casa de Soledad, con Teresa y Clara por un motivo u otro no me había corrido. Pensé que la encontraría sola, que Elsa estaría en su tienda cortando o tomando medidas a alguien, pero me equivoqué. Al abrir la puerta de casa de Soledad me recibió la cara triste de Elsa, en la muñeca llevaba prendido el alfiletero y colgado del cuello el metro amarillo de modista, me ...