Colegio para señoritas
Fecha: 11/06/2025,
Categorías:
Transexuales
Autor: Gabina, Fuente: TodoRelatos
Estudiando en ese CCH, que es el más grande de todos los que hay, experimenté algo diferente a mi pueblo, había una diversidad de tribus urbanas increíble; estaban los reggaetoneros, los rastas, los skaters, los emos, los darks, los fresas, los deportistas y varios otros más o menos normales, yo con mis gustos musicales rockeros y una apariencia parecida comencé por juntarme con algunos de ellos, pero poco después conocí a los míos. Había un pequeño grupo de gente rarita así como yo, chicos queriendo ser chicas y chicas siendo más varoniles que yo.
Yo conocí a Devon, o Devany, cómo todos le decían, una vez por casualidad que la miré bailando a ritmo de la canción de Inna (Hot) que estaba de moda por aquel entonces; era un taller de jazz dance y me cautivó cuando la vi moverse, ella es blanquita y de cabello negro muy intenso, delgada y con un cuerpo bien definido de mujer, muy muy femenina. Me miró observarla afuera de ese salón y me invito a pasar e intentarlo, claro que lo hice, la imitaba en todo lo que hacía pero no llegaba a tener su sensualidad, en esa clase estaban cerca de 10 chicas y quizá dos varones que sólo iban a ver cuerpos bonitos moverse, no había una profesora o profesor, sólo se reunían a desfogar sus energías en la danza.
Ahí Devany me decía que me soltara más y yo no podía resistirme a lo que me decía, era tan perfecta que no podía decirle que no, aunque mi cuerpo no se terminaba de soltar, así estuvimos una hora y cuando termino me prestó una de sus ...
... tollas para cecar mi sudor, olía muy rico su toalla, todo lo que venía de ella estaba exquisito. En ese momento yo no tenía ni idea de que ella era un trapito y no sé si ella sabía que yo también era una nena en mi interior; ya era yo más delicada y bonita, pero ni de lejos una linda hembrita como ella. Cuando nos quedamos más solitas me dijo que le gustó como movía, pero que todavía no dejaba salir mi verdadera esencia, me alentó a seguir yendo y me pasó las horas y días en que se reunían ahí, me emocionaba mucho hacerme amiga de alguien así, podía aprender demasiado y fantaseaba conque ella fuera como yo, porque había una particularidad en ella: tenía una pequeña manzana de Adán.
Para no hacerles más largo éste cuento, así fue como la conocí. Ella me leyó como un libro abierto y sabía que anhelaba ser una mujercita muy hermosa como ella y me confeso que los rumores eran ciertos que, en las listas de la escuela aún se referían a ella por su nombre de varón. Eso fue el parteaguas para que fueramos amigas mucho más intimas y estuvieramos en el mismo grupito de chicas trans y gays de la escuela.
Ella me contó que en su casa comprendían muy bien su situación y la apoyaban mucho. Pagaron su tratamiento de remplazo hormonal y tenía un guardarropas enorme que a veces me dejaba usar, me regalaba cosas y me enseñaba mucho sobre como ser más femenina. La verdad le aprendí mucho y le estoy eternamente agradecida por haberme dado esa oportunidad de explorar mi feminidad, con ella ...