Ayudando a Mamá (03).
Fecha: 20/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... tetas, yo no me detuve en ningún momento. - ¡Ay Nicolás! – noté bastante enojo en su voz. - Perdón mamá, si te molesta la saco – le dije quedándome quieto pero con la verga bien adentro. - No Nico, ahora ya está… seguí – apenas dijo eso reanudé mis rápidos movimientos – pero sólo por esta vez. Sin dejar de cogerla hice que se acostara en el sillón y me coloque arriba. Creo que ambos éramos conscientes de que ése era mi debut sexual oficial. El poder metérsela sin limitaciones me calentaba mucho. Me pegué a su cuerpo todo lo que pude para sentir la tibieza de su piel y escuchar sus gemidos bien de cerca. Terminamos abrazados, ella me rodeó con sus piernas, su cuerpito era fantástico. Me estaba cogiendo a la mujer más sensual que había visto en mi vida… y era mi mamá. Ella tenía los ojos cerrados, aunque gemía con ganas. - Mirame… - le susurré – mírame mamá. Quería que supiera que era su hijo el que la estaba cogiendo. Por fin abrió sus ojos y nos quedamos mirando fijamente. Era una imagen muy tierna y hermosa. Podía notar el temor y la duda en sus ojitos. - ¿Te gusta? – le pregunté mientras escuchaba el choque de mi cuerpo contra el suyo y el pene se deslizaba rápidamente hacia el interior de su cueva. Ella titubeó unos segundos. - No me preguntes esas cosas – contestó mordiéndose el labio inferior. - Sólo por esta vez… ¿Te gusta? – intentaba no metérsela de forma brusca, de verdad quería provocarle placer - ¿Te gusta mamá? – ella hizo un gesto de resignación, que fue casi ...
... como un alivio. - Me encanta – dijo suspirando. Sólo eso bastó para transformarme en un macho cabrío. Me aferré a ella con fuerza y la embestí frenéticamente, el ritmo de sus gemidos se igualó al de mis acometidas. Mi vigor parecía ir en aumento, no dejaba de subir y bajar mi cadera, la verga salía hasta la mitad sólo para volver a clavarse, abriéndole la conchita. Buscó mi cabello con sus manos y en cuanto me sostuvo firmemente la cabeza, me besó. Nunca había experimentado un beso tan profundo y sincero, nuestras bocas se unieron en una al igual que nuestros sexos. Su vagina no paraba de soltar fluidos, nos estábamos mojando mucho. Los minutos pasaban y ella acompañaba mis movimientos con su cintura. Sus piernas eran fuertes, a veces me apretaba con fuerza y no me dejaba sacar la verga, pero luego volvíamos al movimiento. En un par de ocasiones le saqué la verga por completo y se la metí toda de un empujón. Eso parecía gustarle mucho. De pronto un orgasmo estalló en el interior de mi madre, inclinó la cabeza hacia atrás y comenzó a gritar con la boca abierta mientras sacudía las piernas en el aire. Podía sentir el intenso calor de su sexo y los jugos brotando hacia afuera. Mi madre se movió bruscamente intentando escapar de mí, la solté porque creí que se había arrepentido y saldría corriendo, pero en realidad sólo giró en su lugar, quedando boca abajo con la cabeza en el apoyabrazos del sillón. Paró su colita y volví a entrar en lo profundo de su vagina mientras le agarraba ...