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Una aventura inesperada
Fecha: 23/06/2025, Categorías: Infidelidad Autor: RelatosRL, Fuente: CuentoRelatos
Era una noche calurosa de verano. Salí a tomar algo con unos amigos para divertirme y olvidar un rato el calor. Entre cervezas y música se pasaron las horas y, ya de madrugada, decidí que era mejor volver a casa. La calle estaba vacía, alumbrada por los focos de luz y prácticamente silenciosa, solo se oían mis pasos y los cantos de algunos grillos cada tanto. Todavía seguía un poco mareado por el alcohol cuando escuché un ruido diferente. Llegué a una esquina y al ver hacia mi derecha descubrí la figura entre sombras de una mujer con un vestido ajustado al cuerpo que dejaba ver una figura magnífica. Caminaba sobre tacones altos que se escuchaban con fuerza a cada paso que daba. Me quedé mirándola mientras se acercaba cada vez más a mí, y cuando estuvo a poco más de tres metros la saludé con un simple "hola", estando yo aún un poco desinhibido por las cervezas. -Buenas noches- Me contestó ella con una voz suave y sensual. -¿Hacia dónde vas con este calor?- Le pregunté yo. Ella en ningún momento dejó de caminar hacia mí, haciendo resonar sus zapatos en la soledad de la noche. -Hacia aquí justamente es donde vengo- Dijo ella y puso sus manos sobre mis hombros. La miré fijamente, sin poder creer lo que estaba ocurriendo. Me devolvió la mirada y me besó. Antes que pudiera entender nada su lengua jugaba con la mía y nos acariciábamos por todas partes. Mi cabeza daba vueltas y mi corazón latía con fuerza. Temía despertarme de ese sueño tan maravilloso. Me aferré ...
... con mis manos a sus nalgas firmes, como creyendo que podía escapárseme en cualquier momento. Una de sus manos se dirigió a mi entrepierna y acarició mi creciente paquete con suavidad. Yo hice lo mismo. Levanté su vestido y acaricié su cálido coño por sobre su ropa interior, una tanga negra con el dibujo de un corazón en el frente. En eso estuvimos un corto tiempo. Me dediqué a sentir su humedad a través de la tela y ella a estimular mi verga a través del pantalón. La miré a los ojos. Ella me sonrió con una mezcla de excitación y picardía. Me tomó de la mano y me llevó con ella. Con la incomodad de una enorme erección, caminé a su lado 3 calles hasta llegar a un coche estacionado frente a un edificio de más de diez pisos. Ella lo abrió y nos metimos directamente en los asientos traseros. Lo primero que hizo dentro del coche fue bajarse la parte superior del vestido dejándome ver unas tetas preciosas con unos pezones rosaditos que me lancé a chupar de inmediato. Comenzó a gemir mientras mi lengua y mis labios devoraban sus tetas. Se las apretaba con mis manos y las chupaba como si fueran la última bebida del desierto. Ella empezó a intentar desabrochar mi pantalón y yo me separé de sus tetas para ayudarla. Pronto estaba con el pantalón y el calzón bajos, y mi verga apuntando al techo del coche. Se quitó su tanga y la tiró a un costado para subirse sobre mí y besarme mientras su caliente coñito se frotaba contra mi pene. En seguida volvió a mirarme a los ojos fijamente ...