1. Una aventura inesperada


    Fecha: 23/06/2025, Categorías: Infidelidad Autor: RelatosRL, Fuente: CuentoRelatos

    ... y se introdujo ella sola mi verga. Podía notar perfectamente la humedad, la calidez y la presión que su apretada vagina ejercía en mi pene durísimo. Empezó a montarme de a poco, subiendo el ritmo a medida que el tiempo pasaba. Apreté sus nalgas animándola a que lo haga tan rápido como quisiera. Hundí mi cara en sus tetas y disfruté del mejor sexo que había tenido en mucho tiempo. Sus gemidos eran ya fuertes, se escuchaban tanto como los golpes de sus nalgas contra mi cuerpo, una y otra vez. Entregado por completo a la pasión me movía yo también, haciendo que la penetración sea lo más profunda posible.
    
    Mientras lo hacíamos así, pasé una de mis manos hacia atrás suyo y busqué con mis dedos su ano. Me volvió a sonreír en señal de asentimiento y le metí uno de mis dedos en ese culo cerradito. Lo dejé ahí dentro y sentí como ella se estremecía de placer por los estímulos en ambos orificios. No tardamos mucho en acabarnos. Ella contrajo su vagina y se entregó a un orgasmo que dejó mis piernas y el asiento empapados. En cuanto ella terminó lo hice yo. Mi verga palpitó con fuerza y expulsó varios chorros de semen adentro suyo. Quedamos abrazados, descansando de un polvo fantástico.
    
    Ella se levantó, sacando mi pene de su interior y se sentó a mi lado para volver a ponerse su tanga y arreglarse el vestido. Yo me subí el calzón y los pantalones y estuve a punto de preguntarle su nombre cuando vi a alguien saliendo del edificio y dirigiéndose hacia el coche en el que estábamos. ...
    ... Ahí fue cuando ella me dijo que saliera rápido del coche y yo lo hice. El hombre que venía nos vio salir, se quedó quieto un par de segundos mirando fijamente la escena y luego una expresión de ira se dibujó en su rostro. Comenzaron los gritos entre ambos mientras yo, en silencio y con un poco de miedo, escuchaba todo. En ese momento, a través de la discusión, comprendí todo lo que ocurría. Entre insultos la mujer le recriminaba que el hombre le había sido infiel y que ella estaba al tanto de todo. Le confesó que esto era una venganza, quería que el hombre sienta el mismo dolor que sintió ella cuando vio a su marido con otra.
    
    Entre gritos y amenazas la discusión continuó. El hombre no se fijó en mí más que unos segundos y no me dirigió la palabra. El haber sido descubierto y haber recibido de su propia medicina ya era suficiente como para preocuparse por un extraño que estaba ahí de casualidad. Nervioso y atento a todo, yo ni intenté moverme de donde estaba. Me mantuve estático incluso cuando la pelea terminó, el hombre se subió al coche y se fue. En el frente del edificio quedamos ella y yo. La miré y estaba muy agitada, con los ojos llorosos y respirando rápidamente.
    
    Luego de unos minutos se calmó, me miró y me dijo que era mejor que me vaya. También dijo que iba a entrar a su apartamento en aquel edificio para recoger sus cosas e irse a la casa de una amiga. Entonces me miró fijamente, como ya había hecho varias veces esa madrugada, se quedó en silencio unos segundos, ...