1. Mi suegra mi amor (2)


    Fecha: 28/06/2025, Categorías: Incesto Autor: Relatando2006, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacerlo, la sensación y excitación que tenía era total, deliraba de placer, estaba a su merced, era un castigo agradable, digo castigo porque hubiese derramado todo mi semen si hubiese sido por mi inmediatamente, me tuvo unos minutos, hasta que agarré su mano y me senté, porque no aguantaba más.
    
    - Por favor me estas volviendo loco. Y tomándola de la mejilla la bese.
    
    - Te gusta que te acaricie.
    
    - Si.
    
    - Que bien. Y beso mi cuello, paso mi pierna por detrás de su espalda colocándose entre mis piernas. Besaba mi pecho y comenzó a lamer mis tetillas, que reaccionaron inmediatamente, bajo por mi abdomen, cuando llego al miembro que estaba erguido como un vigilante de la guardia suiza, las venas no admitían más una gota de sangre, parecía un fisiculturista, saco la lengua y la paso por el frenillo suavemente, lo que hizo que mi poronga saltara como un caballo indomable. Lo repitió en varias oportunidades con la misma reacción y se la introdujo en la boca unas cuantas veces haciendo como si se destapara una botella. Con la mano masajeo mis huevos y volvió a mamar la verga. La tomé de la cabeza y empecé a cogerle la boca. Estaba como poseído por esa mujer. Estaba loco de placer y necesidad de esa mujer. Aguante hasta que pude que no fue mucho. La tome de la pera y la levante para que me mirara.
    
    Por favor te pido para. Porque no puedo más. Te juro que no puedo más. La bese un largo rato para bajar mi excitación, lejos de bajar crecía mucho más, con los besos de sus ...
    ... labios gruesos, ardientes, su lengua caliente y su aliento con el olor particular del sexo por la chupada monumental que me había dado. Gire pasando mi pierna por encima y quedando arrodillado a la altura de su ingle, continúe besándola para bajar a los pechos, puse en mi boca su pezón y empecé a comerlo, estaba duro erecto, como la tetina de una mamadera de un bebé y yo amamantándome como un muerto de hambre. Le comía el pezón y debes en cuanto lo soltaba y soplaba muy suavemente, esto lo ponía duro nuevamente y me lo volvía a comer hasta ablandarlo nuevamente. Baje lentamente por todo el cuerpo hasta llegar a su vulva rosada y aún mojada por los masajes. No pude más que devorarla, pasé mi lengua por los labios mayores, los menores, no había un lugar por donde no la hubiese pasado la lengua, se movía como una bailarina de salsa. Llegue a su clítoris, lo lamí, lo chupe, lo disfrute, pero ella no aguanto mucho. Y entre soplidos, gemidos indescriptibles acabo como una yegua en celo.
    
    - Papito que lindo lo que me haces. Me comes la concha como un loco. Y eso me calienta más.
    
    - Es que no puedo dejar de comerla. Es una locura. Y ahora te la voy a poner no creo aguantar mucho. Estoy muy caliente.
    
    - Bueno pero despacito. Porque me vas a romper toda. Coloque una almohada de debajo de su cola y quedo a la altura justa. Baje el miembro con la mano, hasta encontrar el ingreso a la cuevita.
    
    - Toma mi amor y comencé a penetrarla.
    
    - Hay despacito, está muy grande. Por favor ...
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