Desgraciado
Fecha: 10/07/2025,
Categorías:
Transexuales
Autor: andrea, Fuente: TodoRelatos
Desgraciado….
Si, eso eres, un desgraciado que solo vino a arruinar mi vida. Vida que de por sí se sostenía en un endeble cimiento. Y tú llegaste y derrumbaste lo poco que había reconstruido.
¡Mira que echar a perder cuarenta años de mi existencia!. Ó más bien, la reconstrucción de mi existencia después de cuarenta años de vicios, y degradaciones sin cuenta.
Porque a lo largo de esos cuarenta años viví, sufrí y gocé. No lo puedo negar. Y ahora que buscaba mi reivindicación, mi salvación, por decirlo así; llegas tú y de un plumazo desbaratas mis planes de llevar una vida “normal”.
Pedro, mi pareja, estaba ya dispuesto a que adoptáramos un bebé y en cuanto las leyes lo permitieran, casarnos.
Pero llegaste tú, tú el único hombre que he recordado a lo largo de mi vida, tú el que me hizo mujer. Tú el que llenó mi ser de alegría y placeres insospechados. Tú, al que si bien no le entregué mi virginidad le entregué mi cuerpo y alma sin restricciones.
¿Cómo no recordar la primera vez que hicimos el amor?. Fue en tu casa, ¿recuerdas?. Llegué como siempre a buscarte para ir al trabajo pero esa vez era más temprano. Tú te estabas bañando y se te había olvidado la toalla y me pediste una. Y ahí voy yo de inocente a llevártela a la ducha.
Y cuando te veo desnudo desataste en mí todo ese cúmulo de deseos y pasión contenida a lo largo de los años que llevábamos de conocernos. Nunca te había insinuado nada por temor a tu rechazo. Pero en ese momento no me importó lo que ...
... dijeras o lo que hicieras.
Verte así, con tu virilidad en plenitud, derrumbó mis últimas murallas de discreción.
No pude más y como hembra en celo me abalancé a tomar entre mis manos y en mi boca ese cetro que ostentabas en tu cuerpo, como un verdadero rey de la creación.
Y tu reacción fue de lo más inesperado. Me levantaste delicadamente y tomando mi cara me besaste, me besaste de una forma tan amorosa y me llevaste a tu cama. Me tendiste en ella y me desnudaste. Empezaste a besar mi cuerpo y yo el tuyo. Tu verga estaba en total erección y no podía abarcarla en su totalidad con mi boca, pero mis manos la acariciaban y podía ver el placer que te estaba provocando. Tus mano estaban ya abriendo mis nalgas y tus dedos jugueteaban con mi culo, mi culo que estaba ansioso de recibirte.
Sin dejar de besarme y acariciarme, me colocaste boca arriba y tomando mis piernas las abriste y las colocaste en tus hombros. Tu verga se paseaba ya ansiosa por mi culo y toqueteaba sus alrededores. Te pusiste saliva en la verga y untaste mi culo con una poca también.
Fue entonces cuando me sentí más mujer que nunca. Tenía al hombre amado dispuesto a cogerme, a amarme. Tu verga tomó puntería y sentí cómo el inmenso glande intentó perforar mi culo.
¡¡¡AAAAYYYYY!!!, grité, era demasiado grueso, mucho más grueso que cualquiera que hubiese tenido antes. Sin embargo tú no cejaste en el empeño de penetrarme y yo tampoco lo hubiera permitido. Acomodé mis piernas alrededor de tu torso y tú ...