Desgraciado - Relatos Eróticos

Desgraciado

... me tomaste de las caderas y los dos hicimos el esfuerzo simultáneamente. Brotaron lágrimas de mis ojos pero yo te dije: no te preocupes mi amor, son lágrimas de alegría.

Y por fin sentí como se rompía algo en mis entresijos y como tu verga penetraba hasta tocar fondo.

Pero basta ya de recuerdos. Llegas y sin más ni más te enseñoreas de mí, de entrada una bofetada y obligarme a que te mamara tu recordada verga. No te importó que estuviera presente Pedro. Querías hacerle sentir que tú seguías siendo mi amo. Pobre Pedro, se salió llorando y lo peor: a mi no me importó.

¿Y ahora que voy a hacer? ¿soportarte?, ¿correrte?, ó lo mejor: disfrutarte. Después de tantos años de no sentir tu cuerpo abrazado al mío, de no sentir tu grandeza penetrarme, saquear mis entrañas, no puedo menos que disfrutarte, gozarte hasta la saciedad. Recobrar todos esos orgasmos tan profundos que siempre me hiciste tener. Beber tu néctar como lo hacia cuando éramos jóvenes y recuperar esa juventud que ya me abandonó.

Sentirte en la mañana al despertar con tu verga flácida metida aun en mi culo, y sentirla crecer poco a poco. Sentir como me llenas de semen y aplicarme a limpiar tu tremendo miembro con mi boca. Esa verga que tanto añoré y que ahora regresa a mí.

¿Será posible tanta dulzura?. Volver a sentirme TU MUJER, ser tratada como tu esclava, tu perra, tu puta. Volver a ser vendida por ti para satisfacer tus caprichos como lo hiciste tantas veces.

Siempre añoré tus maltratos que aunque dolorosos casi siempre, me hacían gozar al sentirme deseada por ti. Cuando terminabas de castigarme siempre me cogías con más fervor, con más ímpetu, con más deseo. Llenabas de semen mi boca y mi culo hasta el desbordamiento pues no había modo de detener tu ariete, duro, grueso, inmenso.

Y ahora estás aquí otra vez. Solo espero poder complacerte como antes. Ya sabes que sigo siendo tu mujer en todos los aspectos. Te pido que tu sigas siendo mi hombre.