Ladybug (S6: E1) Un nuevo comienzo PARTE 1 - Relatos Eróticos

Ladybug (S6: E1) Un nuevo comienzo PARTE 1

... apasionado <<¡Rock and Roll!>>.

Bajó corriendo las escaleras y cuando llegó al vestíbulo siguió corriendo, aunque le habría gustado quedarse a mirar como el chico que estaba detrás del mostrador le follaba el coño a una cliente, que gemía como una perra.

—¡Aaaah! ¡aah! —gemía—. ¡Mi marido esta arriba!

Y el chico con traje le replicaba sin dejar de follarsela:

—¡Voy a llamarle para que baje y te meta la polla por esa boca de zorra que tienes mientras te reviento el coño, puta!

—¡Aaaah!

Sin embargo, se distrajo, apenas un segundo. Estuvo a punto de llevarse por delante a Penny cuando salió por la puerta del edificio; ella acababa de subir las escaleras…

—Penny, hola —saludo, logrando frenar con un patinazo a escasos centímetros de ella.

Se notaba un montón que iba caliente como una moto, con una camisa blanca bajada por los hombros que dejaba a la vista esos melones negros. Los pezones juguetones asomaban juguetonamente. Y llevaba una minifalda en la que debajo no debía de haber ni un tanga.

Vio una gota cayendo de debajo de esa minifalda al suelo. Probablemente jugos vaginales, o la corrida del último cabrón que se la habría metido por el coño…

Como respuesta a su pregunta llegó el grito del taxista que había usado para venir, y que estaba aparcado delante del edificio: <>

Penny se removió incomoda. Luka vio como se movían esos pechotes que parecían a punto de explotar

—Hola, Luka… —le saludó

A Luka no se escapó que la polla se le ponía ...

... dura como una roca de mirarla, y que ella se quedaba embobada mirándosela, perdiendo el hilo de lo que estaba diciendo.

—Perdona —dijo ella atropelladamente—. Estoy…¡mmmmm!

Luka no la dejo terminar, se abalanzó sobre ella y le dio un buen morreo metiéndose la lengua hasta la campanilla. Notó como ella alargaba la mano para cogerle la polla, que a esas alturas estaba como una roca. Él hizo lo propio y también metió la mano bajo la minifalda, hasta dar con ese chochito jugoso y chorreante de la corrida del taxista que salía en espesas gotas blancas. Metió un dedo y hurgo un poco dejando que la corrida del taxista le fluyera por el dedo, antes de romper el beso.

—Luka… —dijo ella, ruborizada. Aun tenía la mano en su polla.

—Te follaría ahora mismo, Penny —dijo él sin tapujos—, pero tengo que irme a clase. Sube arriba —le dijo pasando por su lado y quitándole la polla de la mano—. Mi padre te esta esperando.

Y bajó las escaleras para pasar por el lado del taxista que le seguía gritando —<<¡Pedazo de guarra! ¡Como te vuelva a ver pienso dejar que mis sobrinos te revienten el coño! ¡No sabes con quien te estas metiendo! ¡Puta cerda!— y seguir corriendo por la acera.

Corrió un par de calles hasta que el edificio quedó atrás y cuando paró se dio cuenta de que muchos a su alrededor estaban follando como animales: un tío sentado en una terraza recibía una mamada de una tia mientras leía el periódico, una panda de cuatro críos que no tendrían más de doce años se hacían ...