1. Mi padrino se dio cuenta de que le había robado, y me dio mi merecido castigo.


    Fecha: 03/08/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Transexuales Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... la sensación de dolor fue desapareciendo, y en su lugar comencé a sentir, una especie de raro placer me fue envolviendo.
    
    Tan fuerte fue esa nueva sensación que nuevamente eyacule a chorros, a medida que mi padrino no paraba de penetrarme bien duro.
    
    Pero a pesar de eso, no paraba de pedirle perdón a mi padrino por haberle robado el dinero, con el que compré mi nuevo teléfono.
    
    En ese momento mi padrino, me dijo. “No puedo perdonarte todavía, lo que has hecho es muy grave, y necesitas aprender la lección, por lo que, por los momentos, harás todo lo que yo te ordene, hasta que considere que has pagado todo lo que me debes. De lo contrario todo el mundo se enterará de lo que has hecho”.
    
    Debido a eso, cuando me llamó por teléfono, me vi en la obligación de asistir a su casa, donde apenas entré, mi padrino me ordenó que me quitase toda la ropa, y me pusiera un vestidito, zapatos de chica, así como ropa íntima femenina.
    
    Él mismo me maquilló, y hasta me peinó, para luego una vez que estuve completamente vestida de nena, me obligó a salir a la calle, yo me moría de vergüenza, pero lo peor de todo era que se nos quedaban mirando, ya que el condenado viejo, cuando caminaba a mi lado, de manera descarada, me agarraba las nalgas, frente a todo el mundo.
    
    Cuando regresamos a su casa, apenas cruzamos la puerta, me tomó entre sus brazos, y comenzó a besarme. Yo que no sé qué era lo que me pasaba que, en lugar de rechazarlo, me entregué en sus brazos, dejándome que me hiciera todo lo que a él le dio la gana.
    
    Al punto que, en cierto momento, después de haberse cansado de darme por el culo. Me puso a mamar su dura y caliente verga, obligándome a tragar todo su semen, cuando se vino dentro de mi boca.
    
    Yo aun sigo asistiendo gustosamente, a la casa de mi padrino, cada vez que él me llama, aunque yo no llevo la cuenta de cuanto le debo, pero, por otra parte, no le he dicho todavía, que me estoy acostando con un par de mis vecinos….
«123»