Acompañantes - 4 - Henry - Relatos Eróticos

Acompañantes - 4 - Henry

... una semana me comía 140 coños .Un día después de 6 meses comiendo coños le pregunte a la Coronel.

- Mi Coronel, quisiera hacerle una pregunta si me permite y me autoriza.

- Dime, habla.

- Llevo 6 meses comiendo coños a diario, quisiera pedirle permiso para que su orden fuese al revés por lo menos dos veces a la semana.

- No te entiendo que quieres decir?

- Pues dos veces a la semana escoger a dos miembros y que me hiciesen una felación, yo también tengo stress de comer siempre lo mismo, asi ellas también podrán disfrutar de comerme mi miembro, que no es que lo diga yo pero en pleno trabajo llega a medir casi los 40 cm además estoy muy cargado y necesito descargarme, no digo penetrándolas sino haciéndome una felación.

- Déjamelo pensar, además antes tengo que probarlo yo, te daré mi opinión en unos días.

Pasados unos días, y a la hora que tenía que comerle el coño a la Coronel al empezar me dijo.

- Quiero verte primero como tienes tu herramienta de trabajo, enséñamela.

- A la orden mi Coronel.

Me faltó tiempo para bajarme el pantalón y mostrarle mi pene ya en erección, pues ya con solo oír que quería verlo se puso en posición de firme.

- Buen soldado tienes entre las piernas.

Se acercó, cogiéndolo con una mano lo sopeso, descapotándolo y acercándose lo beso y sin decirme nada se lo metió en la boca, no podía hablar, pero con gestos me hacía indicaciones que lo metiese más adentro al mismo tiempo que lo masajeaba, un momento que se lo saco ...

... de la boca me dijo,

- Me gusta puedes descargarte en mi boca tienes una buena tranca y estamos escasos de ella enchúfamela y lléname la boca y después de llenármela me llenas el depósito de abajo.

Me estaba dando permiso para correrme en su boca y después penetrarla por la vagina, no perdí el tiempo llevaba casi un año de abstinencia en follarme a alguien, se tumbó en el suelo y allí mismo me puse encima de ella, enfile mi pene hacia su vagina y de un solo disparo de mi cadera, se lo metí hasta el fondo, con tan solo un par de minutos en un mete y saca me corrí en su interior, dio un grito de placer y me dijo.

- Tienes mi permiso para que te la mamen pero antes todos los días sustituimos la limpieza de mi coño, por la penetración, me había olvidado de cómo era un buen polvo, ya lo sabes mañana me penetras otra vez.

- A la orden mi coronel sus deseos son órdenes para mí

A la mañana siguiente puntualmente, estaba en la oficina de la Coronel, ya me estaba esperando con las bragas en la mano me invito a sentarme en el sofá que tenía y sin recato ninguno me cabalgo, montándose a horcajadas sobre mis pierna, mi falo ya erecto solo tuvo que abrirse paso entre los labios vaginales para llegar al cuello de la cerviz saltaba sobre mis pierna, se removía en círculo sobre mi pene, gozaba como una niña con zapatos nuevos, llegaba a cantar “Arre caballito” haciéndose a la idea de que montaba un caballo y saltaba con mi pene clavado en sus partes, hasta que me descargaba al ...