Lo que escondía la gestoría (segunda parte)
Fecha: 30/03/2018,
Categorías:
No Consentido
Autor: Armonic, Fuente: CuentoRelatos
... si lo anterior le había dolido, esto último lo había rematado, simplemente porque lo había hecho otro o quizás era algo que él nunca había podido hacer. Por muy extraño que me pareciese, disfruté más con su sufrimiento que tirándome a su mujer. Me subí la cremallera y dejé los CDs encima de la mesa. -Quizás debiera echarles un vistazo antes de llamar a la policía.- le dije a la mujer. Me dirigí a la puerta, fue en ese instante cuando me fijé en el cuadro de la pared; solo el sonido del móvil desvió mi atención. -Debes ver esto, Peter.- dijo la voz de Alisa. -Lo sé.- respondí brevemente. Llegué al apartamento lo más rápido que pude, al entrar Alisa tenía cara de ternura y consuelo. No pude entender cómo no me había dado cuenta antes, con un poco de atención cualquiera lo habría sabido, finalmente ante mi estupidez me puse a llorar; hasta lo más bonito de mi vida había sido una farsa, lo había descubierto en aquel cuadro, su exmujer era en realidad la hija del Sr. Anro, todo formaba parte de un plan, pude confirmarlo después al ver el portátil. Alisa se me acercó y me abrazó. -Lo arreglaremos.- dijo dulcemente. -No quiero que te pase nada, será mejor que me dejes solo- le dije más sereno. -En esto estamos los dos, sabrán que tú solo no has podido hacerlo y pronto llegarán hasta mí. Confía en mí.- respondió. Nuevamente tenía razón, además en toda la noche no había hecho otra cosa que confiar en ella y no me había fallado. Metió en la maleta solo lo imprescindible, el portátil ...
... y todo el dinero. Recogimos sabiendo que nunca volveríamos. Nos montamos en una furgoneta alquilada y nos fuimos de allí. Llegamos a un hotel de las afueras, subimos a la suit, solo para clientes exclusivos. La entrada estaba presidida por un pasillo con la puerta del baño a la derecha y unos enormes armarios empotrados a la izquierda. Al final del pasillo la habitación era enorme pero sin muchos muebles, a la izquierda una larga cómoda con un gran espejo, enfrente un diván y a la derecha una cama de matrimonio de las grandes con dos pequeñas mesillas a los laterales. Alisa entró en el baño y al salir se sentó en el diván, yo por mi parte lo hice en la cama. A la media hora se abrió la puerta, escuché unos pasos y como el armario se abría y cerraba después. -Espero que sea algo muy importante, me has sacado de una fiesta especial.- dijo una voz. Hacía mucho tiempo que no la oía. Al pasar el pasillo y verme se quedó inmóvil, allí estaba yo, su exmarido apuntándola con una pistola. Estaba igual de hermosa como el último día que la había visto, llevaba un vestido de gala atado al cuello y que dejaba sus hombros al aire, realzaba su figura. Alisa se levantó y se dirigió hacia ella. -Hola Sandra, Peter y yo hemos estado hablando y parece que lo tienes algo enfadado.- Le decía aproximándose a ella. Sacó unas esposas, a decir verdad, debía tener una colección de ellas. Le llevó los brazos a la espalda y se las puso en las muñecas. Después se acercó a su cuello y le susurró al oído. ...