ME ENTREGO A MI HIJO - Relatos Eróticos

ME ENTREGO A MI HIJO

... intenté desviar la conversación hacia otra cosa, pero José insistía y finalmente le pregunté.
.- que quieres averiguar?
.- es sólo curiosidad papá, dijo él, si no quieres ya está, entonces le dije:
.- A veces los escucho a ustedes, cuando traes a casa a tu amiga, él río y me contestó:
.-  si quieres dejo la puerta abierta.
ambos nos reímos, pero luego él me dijo: 
.- No se tienen por qué enterar las mujeres, ni siquiera nosotros nos veríamos, recuerdas que cuando pequeños tú nos espiabas por un agujero que hiciste, para que no fumáramos. Tú miras por ahí  y yo te miro por la ventana de tu cuarto que da al patio, dejas la cortina a medio cerrar y la luz encendida, que te parece.
.- Eres un degenerado hijo mío, no conocía esa depravación tuya, mira que querer ver a tu padre teniendo relaciones sexuales, me reí.
Pasaron los días y llegó un fin de semana, salió a encontrarse con su amiga, por la noche ambos llegaron a casa, nos tomamos un trago los tres conversando animadamente y luego les dije que me iría a dormir. Estaba en la cama, cuando entró José a darme las buenas noches, y para saber si necesitaba algo, le dije que todo estaba ok. El me miró y con una sonrisa me dijo:
.- Voy a dejar la luz encendida,  ya sabes lo que tienes que hacer papá, me dio un abrazo y salió de la habitación.
Después de un rato los sentí gemir, intenté poner toda mi atención al libro que estaba leyendo, pero fue en vano, mi hijo había sembrado la curiosidad perversa en mí, me levanté y ...

... apagué la luz de la habitación, y luego en silencio busqué ese pequeño agujero en la pared que comunicaba con la habitación de mi hijo. Podía ver con claridad  lo que ocurría en esa habitación. Ambos estaban desnudos, se besaban y acariciaban, pude ver los senos grandes y blancos de la muchacha, mi hijo pegaba su boca a ellos, su lengua los recorría uno a uno, los chupaba con devoción, luego se puso de pie sobre la cama y la mujer comenzó a mamar la verga de José, ahora podía ver su miembro en plenitud, sin duda era más grande que el mío, recto, duro, la mujer chupaba ese trozo de carne como si fuese lo último que haría sobre la tierra, mi hijo trataba de que su amiga se tragara todo ese palo duro, pero ella no lo soportaba y se retiraba, podía ver como lágrimas caían de sus ojos, aún así hacía esfuerzos sobre humanos por tenerlo todo dentro de su boca, mi hijo le acariciaba el culo y luego metió sus dedos en el ano de la muchacha, pero ella le hizo saber que no le agradaba porque le quitó la mano y la dirigió a su vagina que estaba rebosante de jugos, mi hijo comenzó a masturbarla frenéticamente, la muchacha no daba más de gozo. Yo no pude más y comencé a pajearme con el espectáculo que estaba observando. Luego ambos se tendieron e hicieron un 69, se chupaban todo, la lengua de mi hijo entraba y salía de la vagina lubricada de ella. No pude aguantar y reprimiendo un gemido de placer me corrí contra la pared, mi semen quedó pegado a la muralla, sentí un poco de vergüenza, de ...