EN LO PROFUNDO DEL BOSQUE I
Fecha: 04/04/2024,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: ANTONIO, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
Cuando nos fuimos a acampar al sur, no imaginé lo que iba a ocurrir con mi tío y mi primo. Eran las vacaciones de verano y mi tío nos propuso un viaje al sur, para descansar un poco, adentrarnos en los bosques y ríos sureños. Mi papá ni mamá pudieron ir, papá tenía unos asuntos que atender en la ciudad y luego un viaje al extranjero y a mamá le habían aplazado las vacaciones en el hospital donde trabajaba, mi hermano mayor se iba con su novia a Europa, así es que yo quedaba a la deriva. Mi tío se iba con mi primo mayor que yo, mi tía tampoco nos acompañaría por una serie de exámenes médicos por un problema de salud que si bien no era grave, no quería dejar pasar y que pudieran dar paso a algo sí más serio.
Mi primo, en aquel verano tenia 21 años, era más bien callado, un poco retraído, no éramos muy unidos, pero tampoco nos llevábamos mal, en cambio mi tío era todo lo contrario, cuidaba mucho su cuerpo, hacía deportes, andaba siempre con espíritu positivo y le gustaba la aventura. Me convencieron y una noche nos hicimos a la carretera en el cómodo automóvil de mi tío.
Pasamos por distintos pueblos, cada vez más alejados hacía el sur, comenzaron a aparecer montañas aún con nieve en lo alto, árboles gigantescos, ríos que se perdían entre las rocas.
En cierta parte había un camino de tierra que se separaba de la carretera y se perdía entre los árboles hacia un bosque verde y oscuro que aparecía poco a poco. Mi tío enfiló por ese camino, subía y bajaba, el auto sonaba y por ...
... momentos creí que nos íbamos a quedar tirados en medio del camino.
Llegamos hasta una zona donde el camino se convertía en una huella que sólo podía ser transitada por personas a píe, pero que no era para un automóvil, mi tío metió el automóvil entre los árboles, para que no diera mucho sol, y nos adentramos con todas las cosas sobre la espalda por la huella, a nuestros costados pura naturaleza, extraños sonidos de pájaros, insectos revoloteando y silencio.
Casi al borde de un precipicio pusimos la carpa, abajo se escuchaba el rumor del agua de un enorme río. Armamos la carpa y ordenamos las cosas, mi tío era muy ordenado y llevaba de todo desde comida para un buen tiempo, medicamentos para dolores, venditas para las heridas en fin. Nuestra primera noche en medio del bosque me dio un poco de pavor y me acosté apegado a mi tío, él dormía sólo en calzoncillos, la mata de pelos que tenía en el pecho estaba muy cerca de mi rostro y la verdad es que mi tío desde siempre había producido algo en mí que no sabía definir bien, pero su cuerpo, su hombría, su forma de ser me subyugaban, aunque trataba de no demostrarlo, cuando iba a casa estaba pendiente suyo.
Al otro día nos levantamos y después de comer algo nos fuimos a recorrer, mi tío contaba historias de aquel lugar, no sabía si eran ciertas o mentira, pero seguía atento a sus palabras mientras mi primo como siempre iba en silencio. llegamos hasta un lugar cubierto por grandes matorrales y árboles que se elevaban al cielo, con ...