Gracias a Felix...
Fecha: 30/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tocas el paquete? ¿Por qué no te tocas el paquete?" Y en esas estaba yo, pensando en cómo apaciguar el calor del mío, cuando giró Félix la cabeza pero sin mirarme, pendiente de la pantalla: -Ay que ver qué guarras son, ¿eh? No van al culo o al pecho como hacemos nosotros, ¿eh? Directamente a mamar, mira como chupan las cabronas... –entonces me mira-. ¿Verdad que nosotros somos más románticos? -S... sí, sí, pero es que mira qué tipo... -Sí, es verdad, lógico que vayan a por el tío, ¿eh? Yo fruncí el ceño y miré a la pantalla, algo rojo: ¿me había entendido Félix? ¿Creía que me había referido al hombre? Entonces hubo un corte repentino de escena y desapareció el trío vicioso del baño. Dos segundos duró la imagen en blanco, gruñí quejándome, Félix se río y volvió a reaparecer otra escena, de otra peli porno o la misma, no sé. Esta vez, era un primer plano de muy, muy cerca: podía casi percibir el calor de la gran poya que se embutía con no mucha dificultad en el agujero de la actriz... Así estuvo la película casi un minuto: los gemidos del actor resonaban en el salón mientras le daba por culo a su pareja, a la actriz sumisa que se dejaba hacer todo. O eso entendí, porque durante ese minuto la cámara se había quedado fija, como mis ojos. -Ufff... –Félix re repantigó un poco más, y se acarició el paquete-. Quién la pillara, eh? -Vaya, ya la quisiera yo para mí –dije casi automáticamente, y Félix me miró y se rió a carcajada limpia: -¡ja ja ja ja, qué vicioso! ¿Te gusta ya más la ...
... película, eh, amigo? Menudo estás hecho... Yo, que ya no sabía qué pensaría Félix de mí, decidí dejar de hablar, justo cuando la poya roja y rectísima de la tele se embutía con gusto la última vez en el culito, salía gorda a tope y eyaculaba chorros y chorros y chorros... la cámara, lentamente, se alejaba... El actor vacío se agachaba cansado a saborear su leche de la espalda de... de la espalda ¡del tío veinteañero al que había estado jodiendo! -¡Ostia! –dije yo, asombro mayúsculo-. ¡Si era un tío...! ¡Ha estado jodiendo a un tío! Me arrepentí entonces de haberme metido la mano bajo la bata, la saqué por eso y antes de volverme a ver a Félix este me dijo: -Quita la película, venga. Yo, no sé por qué, le obedecí sin más ni más. Apagué la tele aunque el vídeo seguía funcionando. -¿La película era así? –pregunté tontamente extrañado. Félix me miró, sonriendo: -Blas, tío, claro. ¿Tú qué crees? Me la había traído porque imaginaba que te gustaría... Pero como veo que no... -No es eso... –dije, pero rápidamente rectifiqué: error garrafal-, bueno, no me esperaba esto, no... Félix continuó: no parecía extrañado, seguía sonriendo como si tal cosa, y yo me olí algo, algo que no era el olor preseminal de mi empinado nabo, que también se dejaba notar. -Blas, tío, déjalo ya –y me puso una mano en mi muslo descubierto: noté un escalofrío por un instante, pero luego noté su gran mano caliente-. Mira, te ¿digo una cosa? –el tono de profesor que explica una nueva lección, lejos de enfadarme, ...